lunes, 24 de abril de 2017

Menos 2...

Hola gordita, hoy me toca hablar de nuestro momento importante número 7. Te recuerdo que el quinto sigue pendiente y lo he dejado para el ultimó por ser el más importante.

Aunque admito que este momento es de mis favoritos totalmente a pesar de ser muy reciente. Hablo de un lugar al que fuimos hace no muchos días, uno que me permitió conocer una parte de ti que hasta aquel día para mí era desconocida, que me permitió entenderte y descubrirte de una manera distinta, recordándome de cierta manera porque estoy tan enamorado de ti.
Si aún no lo has adivinado hablo de nuestra visita a Pucusana. Sí, me habías comentado tu deseo de ir hace bastante tiempo. Lamentablemente, diferentes razones nos hicieron ir postergándolo hasta llegar a esta última semana santa, para ser más exacto al Viernes 14/04/2017.

Salimos un poco tarde hacia allá porque la noche pasada nos habíamos quedado en la casa del gordo hasta muy tarde. El camino fue bastante callado, la verdad no sabía que esperar y creo que por eso el camino se me hizo especialmente difícil.
Cuando llegamos me sorprendió mucho verte tan familiarizada con la zona, con las calles, con las formas. Te empecé a oír hablar sobre cada detalle, sobre cada cosa y entendí algo que no había entendido realmente. Que ese lugar fue tuyo enteramente cuando en tu niñez soñabas quien sabe qué cosa en esa cabecita pequeña, de niña, que ciertamente hoy no es muy distinta. Pero que hoy piensa como mujer.

Y llegue a una conclusión, a una bella y hermosa conclusión. Que a pesar de lo común que yo estaba considerando ese pequeño “viaje” o “excursión” en realidad estaba muy equivocado. Era el más bello de todos los viajes. No estabas conociendo conmigo algo nuevo, me estabas presentando una parte de ti tan tuya y tan íntima que era casi como un voto de confianza. Era como una declaración real de que sabías y entendías que jamás te dañaría. Que creías y confiabas en que podía conocer todo de ti incluso a ese punto. Me emocione mucho y decidí vivirlo como merecía vivirse un momento así, con el corazón.

Abrí y puse a disposición cada sentido, grabe las formas, los olores, los sonidos, el sol, el mar, la gente, el puerto, la marea. Grabé todo en mi mente. Cuando hablabas, me quedaba en silencio y te imaginaba ahí corriendo a mi lado, midiendo 1.20 y sonriendo cuando no habían trabas para ti y todos los sueños eran realidades.

Veía una película en mi mente con cada trazo de tu voz y la colocaba en cada escenario, en cada lugar que recorríamos juntos.

Recuerdo como me sentí cuando llegamos a las ninfas y me hablabas de tu niñez, de tus primos bañándose en la playa y de ti misma pasando incontables horas sumergida en la marea de esa playa que asemejaba con su tranquilidad a un lago. Te amé muchísimo y a la vez me invadió una nostalgia enorme porque realice que tenías un tesoro que yo no. Me di cuenta que eras muy afortunada al poder visitar un lugar y vivir tantos recuerdos juntos con tantas personas en tu vida importantes. Me di cuenta que yo no tuve eso probablemente porque mi familia se fracturo muy rápido y confieso que sin ninguna maldad de por medio, en ese momento te envidie y a la vez deseé que si alguna vez tuviera hijos la vida me permitiera regalarles momentos como los que tu atesorabas puesto que al final cuando el día acaba todo lo que somos es lo que recordamos.

Hicimos el recorrido en bote, almorzamos, caminamos por naplo y al caminar por ahí me contaste de aquella casa que alquilo linda un par de veranos. Me comentaste con un brillo en los ojos particular lo muy hermosa que te pareció esa casa, sonreíste con un placer que pocas veces veo en tu cara. Envidie a esa casa por hacerte tan feliz.

Y me prometí algo a mí mismo, que si alguna vez podía darme el lujo de comprarme una casa de playa, sería en Naplo. Solo para verte volver cada fin de semana y verte feliz.

El final del día llegó y nos tocó retornar, juro que me quede con ganas de regresar. Me enamoré completamente de Pucusana, no solamente porque en esencia y en verdad es un lugar hermoso, mas me enamore mucho más porque entendí que era una parte más de ti y que amabas en cierta forma ese lugar.

Espero que algún día no muy lejano regresemos, estaré feliz de escuchar nuevamente tus historias y de ver tu sonrisa de lado a lado. Gracias por ese día, fue una manera de redescubrirte y de re enamorarme de ti. Gracias miles.

Te amo gordita, faltan 2…

Siempre tuyo,

Edu
 
PD: creo que esta canción define perfectamente lo que fue aquel día para mi ...¿que puede haber mejor...Que estar aquí junto a ti?...



No hay comentarios:

Publicar un comentario