sábado, 30 de julio de 2011

Te enviare un mensaje al alma....

Te enviare un mensaje al alma todos los días a partir de hoy. Algo que exprese toda mi gratitud, todo mi amor y toda la inspiración que me das. Algo que burle todas esas barreras que tu mente martirizada por su enfermedad creó y que de ninguna manera puedas ignorar. Un mensaje que te quite esa venda que te impide verme como lo que soy. El hijo que siempre quisiste y siempre tuviste.

Porque es imposible no amarte después de todo lo que has sido en mi vida. Has sido mi abuelo y también mi padre. Has sido mi ejemplo y también mi guía. Has sido mi fuerza y también mis ganas. Has sido todo lo que cualquier persona podría pedir. Cubriste el puesto y con creces, Pablo.  

La partida parece inminente ahora, y tal vez no sea así pero debemos prepararnos porque hay que ser realistas y eso es algo que siempre he dicho, la única verdad que es innegable es que día con día morimos. Intento prepararme para ser fuerte y apoyar a mi madre, a tu hija, pero es muy difícil ahora en esta soledad en la que escribo el corazón se me hace pedazos y el alma se me desangra de solo pensar que llegara el momento en que no veré tus ojos que ya no miran intentando seguir el sonido de mi voz, en el que esa voz ya no me llame y en el que no pueda tocar y apretar tu mano para expresarte todo mi amor y gratitud. Es por eso que desde ahora te enviare un mensaje al alma diariamente para que todo lo que he dicho anteriormente no sea impedimento para que me mires, me hables y me toques. Yo sé que tú también te estas preparando, que cada día estas menos acá y que eso es porque se te hace muy difícil decirnos adiós. No tengas miedo yo cuidare a las viejas. Llevare la bandera de la familia como tu alguna vez me dijiste y te haré sentir orgulloso a donde quiera que estés o que este viaje te lleve.

Espero haberte hecho entender todos los días que hemos pasado juntos que te amaba, te amo y te amare con todas las fuerzas de mi alma. Si bien nos hemos peleado muchas veces eso es porque todo lo que tengo de indio lo saque de ti y no lo digo como un insulto porque ser el indio que fuiste es lo que te dio todo el empuje y el carácter para ser lo que fuiste en esta vida, esta vida que te toco enfrentar desde pequeño como un adulto y aun así no te rendiste.

Eres junto con mi familia lo más grande que la vida me ha dado y no me arrepiento de nada ni te reprocho nada porque eres un ser humano y si has tenido errores yo no soy quien para juzgarte. Para conmigo solo tuviste palabras de cariño y si bien tus abrazos eran más bien apretones y tus caricias medio manazos siempre entendí lo que significaban en el fondo. Siempre intentaste darme cosas y regalos a pesar de que lo que tenías como jubilado nunca fue ni la mínima expresión de lo que tuviste en tus años mozos. Y siempre te agradeceré cada regalo que me dabas sacrificando tus propios gustos.

Tuve muchos juguetes pero mis favoritos siempre fueron los de madera que me hiciste tú con ese espíritu de “yepeto” que llevabas dentro. La única diferencia entre “yepeto” y tu es que nunca necesitaste hacerte un pinocho porque siempre me tuviste a mí, tu hijo de verdad.

Me encantaría seguirte escribiendo pero la verdad es que no tengo más fortaleza para continuar. Solo quiero que sepas en donde sea que estés siempre que te amo y te extrañare por lo que me quede de vida en este mundo. Y te pido que me guardes un sitiesito allí donde vayas porque no lo dudes que iré tras de ti cuando sea el momento.

Te enviare un mensaje al alma todos los días a partir de hoy, un mensaje que traspase todo muro, toda barrera y toda dimensión, un mensaje que no necesite más de palabras, gestos ni miradas. Un mensaje que te buscara todos los días y te encontrara lo sé, para que lo respondas y me sigas guiando porque contigo todo será más fácil porque contigo mi inspiración jamás se irá . De tu mano llegare a cualquier parte y con tu alma cerca de mí nada más que tu propia falta me podrá tumbar.  Hasta siempre Papapa. 

jueves, 14 de julio de 2011

Y es extraño.... si te extraño....

Y es muy raro lo que siento por ti, tratar de explicarlo es lo que intento pero lo único que haces es confundirme, con esos enormes ojos cafés que me miran y me quieren decir algo pero callan.

Me confunde tu silencio, me confunden tus palabras lo que quieres que yo entienda y lo que prefieres que no comprenda.

De vez en cuando pides cariño porque te encanta vivir en guerra, no sé si es guerra conmigo o, si es que existen, con las ganas de que t e quiera.

Me reconforta encontrar tu mirada si la busco en el panorama y sin embargo a veces no puedo mirarte a los ojos.

Todo es tan raro no sé si te amo, o es que creo amarte o es que quiero amarte o si es que quiero creer que te amo.

Esta dependencia rabiosa de tener el conflicto al lado, de perder la paciencia, de vivir en conflicto se vuelve un conflicto propiamente dicho cuando se enfrenta con la necesidad imperiosa de que seas la ternura personificada y me recuerdes a una niña que necesita que la protejan, que pongan el brazo alrededor de ella y la hagan sentir que nada pasará.

Y cuando eso sucede otro conflicto se crea en ti. Esa niña que quiere ser protegida se enfrenta con la mujer fuerte que quieres llegar a ser. La independiente que no ama, solo quiere. La autosuficiente que no necesita de nadie para ser feliz porque es feliz consigo misma. Y lanzas un latigazo de indiferencia. La mirada en la que me pierdo empieza a perderme. La ternura infinita se convierte en dureza y me choco contra una pared implacable. Y me gusta.

No quiero estar contigo pero no quiero verte con nadie más. Soy egoísta. Pero si el amor es el sentimiento más egoísta que existe. ¿Entonces te amo? O solo odio que intentes ser feliz sin mí?
Crees tener un poder sobre mí y ni siquiera yo puedo decirte si es que estas equivocada o tienes razón. Mi parte egocéntrica amaría demostrar que estas equivocada, pero no tiene ni la más puta idea de cómo.

No sé si estoy en tus manos o es lo que quiero hacerte creer. Y es muy raro todo lo que siento por ti. Son ganas de cuidarte pero no sé si es porque no quiero que te hagan daño o quiero ser yo el que te destruya. Y entonces surge la siguiente pregunta en mi cabeza ¿Amor y venganza se mezclan? O ¿son como el agua y el aceite?

Es rara la manera en que me enterneces sacándome de quicio, en que me reconfortas asustándome. Es rara la manera en que me haces sentir importante ignorándome. Es rara la manera en la que me comunicas que te importo restándome importancia. Es rara la manera en la que dices te quiero  y en la que yo respondo que también. Y es aún más raro que no nos demos cuenta de todo eso cuando estamos frente a frente. Sigue buscando e ignorándome. Yo también buscaré y te ignoraré e ignoraré la duda que me pregunta si es que ya te encontré.