sábado, 25 de agosto de 2018

VEINTIOCHO - NADA POR SEGURO


Amor:
En todo hay una especie de vacío, de falta, de pendiente. Y de ese vacío nacen todos los miedos, de ese espacio ansioso de ser llenado nacen todos los vicios, las pobrezas, las manías y las fobias.

Pienso en todos mis vacíos, en todo lo que hace falta ser llenado, en todo lo que sigue pendiendo del hilo del tiempo, atado a un reloj de arena que parece interminable y que en su progresar se siente tortuoso.

Encuentro todos ellos, y también encuentro algunos vacíos que ya no son, algunos vacíos que fueron. Y hoy completos, sellados; encuentro tu sello, tu estampa, tu esencia.

Y la paz que da tu sello es contagiosa, se esparce. Y en ella, recuerdo como una especie de terapia como me veía yo envuelto en esas faltas, cual era mi montaje peculiar, mi drama y mi exposición. Y me genero lastima. Y me genero alegría.

En tiempos pasados jugué todas mis cartas, y en aquellas apuestas perdí todo lo que se podía perder. Pero a pesar de haber quedado muchas veces en deudas, lo que hoy gané contigo es permanente, eterno, imperecedero.

Gané el saberme afortunado. Gané el no sentir más soledad a pesar de muchas veces estar solo. Gané el aprender a extrañar tu cuerpo a mi lado. Gané tu presencia y tu ausencia. Gané los infalibles mensajes de buenos días y buenas noches. Gane los buenos días a tu lado y las malas noches sin ti.

Si alguien antes que todo esto empiece me hubiera dicho que serías tu quien hiciera dominante la calma, sencillamente no le hubiera creído, o me hubiera reído con un tono burlón, de esos que a ti te sacan de tus cabales, tú ya me conoces. Pero la vida, audaz como ella sola, supo una vez más enseñarme que nada está verdaderamente escrito y que incluso estando escrito, uno no puede dar nada por seguro sino hasta que suceda.

Y yo trabajo todos los días para eso, para no darte por segura. Trabajo para no creer que porque hice un par de cosas bien ya merezco el paraíso. Para ignorar el hecho de que estas frente mío y me miras como siempre quise que alguien me mirara, como si en la felicidad uno se pudiera extraviar y en ese extravío realmente encontrarse. Y no me malentiendas, no lo hago por querer desconfiar de tu amor,  que es lo único en lo que verdaderamente sé que puedo confiar. Lo hago para que esa incertidumbre inducida, actúe como un perfecto sabotaje para el andar apesadumbrado que la seguridad le da a la vida. Lo hago para que el sabor agridulce que le da el vilo a los días no permita nunca que saboree el trago amargo de la rutina. Y para que esa rutina nunca le apunte a esa ilusión casi de fábula que sostienes, en la que el amor verdadero existe, lo encuentras una vez, nunca se acaba, nunca falla, nunca claudica, nunca se aburre, nunca envejece, y dura si nuestras voluntades así lo conjuran, para siempre, para que así sigas sucediendo en mi historia sin que tenga que existir realmente un final.

Feliz 26, Felices 28 meses a tu lado, mi amor. Tú eres toda mi calma y mi felicidad, espero verdaderamente para siempre.

PD: No importa si en el camino nos perdemos la pista, porque se que al final te vere (aunque falle la vista)