jueves, 17 de febrero de 2011

Cuando los ángeles aparecen.... ( Parte 1 )

Alejandro no espero encontrarla ahí, no tan pronto, no tan improvisado. Desearía haber tenido algún aviso, alguna señal para poder haberse preparado para aquel encuentro.
Habían pasado dos segundos desde que aquella ¿mujer? ¿Chica? ¿Ángel?  Bueno como llamarlo era lo de menos, el punto es que habían pasado solo dos segundos desde que aquella mujer con cara angelical, piel trigueña, voz dulce y expresión seria le alcanzo a decir con una sonrisa forzada para la clientela “Buenas tardes ¿en qué puedo servirlo?”

Sí, habían pasado dos segundos pero en su cabeza ya habían pasado mil pensamientos preguntándose el porqué la vida le ponía ángeles lejos de su alcance pero a la vez tan cerca o el porqué esos dos segundos que acababan de pasar habían pasado tan lento ¿Es que acaso ella controla el tiempo y el espacio solo con su voz? Divagó y en su locura instantánea pasaron mil años luz frente a sus ojos, sin embargo en la vida real solamente había pasado un segundo más y aquella aparición parecía estar esperando una respuesta de su parte.

Volvió a la realidad de un zarpazo y cayó en la cuenta que no recordaba porque estaba ahí, balbuceó dos palabras mientras buscaba con rapidez en sus archivos mentales, tratando de encontrar la respuesta a la pregunta del ángel. “He ahí la respuesta”, se dijo a sí mismo.
Entonces articuló palabras. “Si, disculpe he venido porque necesito hacer un par de transferencias, una a otro banco y otra fuera del país”. Ella entonces con la sonrisa un poco debilitada al entender que aquel pobre ignorante en materias financieras le traería más problemas de los que de por sí ya había tenido en el día le dijo “Un momento” y fue en búsqueda de los formatos que se tenían que llenar para hacer las operaciones que él requería. Al volver le indicó que debía llenar los dos formatos y que empezarían con el formato para la transferencia “local”.

Mientras ella hablaba, el buscaba aplicar esa habilidad que nunca había podido desarrollar del todo pero que para las mujeres parece ser algo innato, hacer dos cosas a la vez. Entonces, el pensaba a la vez que escuchaba las indicaciones que ella le daba. Y lo que pensaba era que definitivamente esa cara angelical tenía que ser resultado de un evento sobrenatural, de algo fuera de su entendimiento y más allá de toda lógica o razonamiento. Que semejante ser no podía haber llegado al mundo de la misma manera en que él llego porque entonces si caería en la conclusión de que definitivamente él llego falladito. Sabía que probablemente tendría alguna razón para volver al banco en unos 200 o 300 días y también sabía que no podía esperar tanto para volver a verla, entonces pensó que era una obligación casi casi sagrada el hacer algo para poder volver a verla en otro lado sin tener que poseer alguna excusa financiera para aquel propósito.

Mientras ella seguía gastando palabras, el siguiente pensamiento fue que por mucho que él lo intentara una mujer así estaba fuera de sus posibilidades, adentro de todas sus limitaciones porque pues simplonamente los seres de su naturaleza no se mezclan con mortales pero entonces aplicó otro punto en su pensamiento y la vio como una oportunidad y recordó que las oportunidades solo llegan una vez y que si uno las deja pasar como él ya había hecho con muchas (no solo personales sino laborales), luego uno de seguro se arrepentirá de semejante boludez.
 Entonces decidió rápidamente que para poder tener alguna oportunidad debía ganarse su confianza y para eso el tiempo que demorarían las dos transacciones era perfecto. Él solo tenía que encargarse de intercambiar con ella el mayor número de palabras posibles y solo había una forma de hacerlo teniendo en cuenta que tenía que llenar un sin número de datos. Es cierto que era un neófito en materias financieras pero el punto aquí no era hacerse el calichin, era hacerse el bestia completo, preguntar hasta lo inpreguntable ya que alguna respuesta le daría posibilidad de bromear o le ayudaría a sacar un tema de conversación. Así que empezó con la ofensiva, cual partido de futbol americano, movió sus jugadores, aplicó sus tácticas y yarda a yarda avanzó hacia la ansiada meta.

Tal como lo pensó aprovecho cada dato para poder hablar con ella. En algunas ocasiones quedó como estúpido al preguntar ciertas cosas pero todo fuera por poder caerle en gracia. Al parecer las cosas empezaron a tener resultados. Ella empezó a reír cada vez más seguido y como si fuera una droga él empezó a necesitar provocar esa risa a cada minuto con más frecuencia. Pasados los 20 minutos de operaciones financieras parecían ya dos viejos amigos que se tuteaban y se reían juntos el la llamaba por su nombre de pila “Ángel”, no no es decir Korina y ella pues por el suyo.
En un momento luego de  tantas palabras y de la exitosa y estupenda demostración de bestialidad financiera de Alejandro, Korina sospechó que él no tenía idea ni de su propio número de cuenta (que ni tan propio que era, pero bueno). Tuvo razón. Ella apuntó en un pequeño papelito, que en realidad servía de voucher pero que al parecer el cliente anterior olvidó, el número de la pseudo cuenta de Alejandro y se lo dio. “Toma, este es el número de la cuenta de donde estas sacando todo.”

Él lo recibió con una sonrisa a lo que ella devolvió el gesto de manera amable y ahora hasta sincera. Eso era!!! Alejandro sintió que la sonrisa de Korina dejó de ser fingida, dejó de ser la mascarilla inexpugnable que la mayoría de trabajadores como ella le muestran al público en general, porque el cliente siempre tiene la razón o porque simplemente esta dentro de los lineamientos del banco. Entonces supo que había llegado donde quería llegar o al menos estaba cerca, en menos de 30 minutos había logrado pasar de ser un simple y molestoso cliente más a ser una persona que la hacia reír y que era merecedora de atenciones y sonrisas sinceras de su parte.

Lo siguiente que hizo fue ver fijamente el papelito que le había entregado. Y ahí vio la oportunidad perfecta. En un primer momento pensó en pedirle su teléfono pero pensó que sería muy atrevido y acosador y probablemente ella se sentiría por ponerlo así “a su merced”. Así que decidió apuntar en ese pequeño papel su teléfono y su nombre y pensó que si ella la había pasado tan bien como él pensaba y como ella aparentaba, pues entonces no cabía duda, ella llamaría.

Pasaron unos minutos más cuando ella le dijo “Bueno, Alejandro eso es todo no hay más que hacer, toma tus dos vouchers, espero haberte ayudado”. Él entonces armándose de valor y ajustando todo lo humanamente ajustable le dijo “Gracias, te puedes quedar con mi número de cuenta” y con la mano izquierda le entregó el papelito. Ella lo vio, le dio la vuelta y al ver el número que al ser de 9 cifras no podía ser otra cosa que un celular quedo bastante sorprendida y lo miro fijamente diciéndole “Que lindo, gracias”.

¿Qué lindo, gracias? Alejandro no estaba seguro si es que había escuchado bien o el nerviosismo ya lo estaba haciendo escuchar cosas que no se habían dicho. Con el ánimo al tope después de esa respuesta solo dijo “La verdad no suelo hacer esto pero la he pasado demasiado bien aquí con tu atención”. Ella respondió “Si, la verdad yo también he tenido un buen rato. Me has cambiado el día”. “Genial” dijo él. Luego, con una pose de ganador indiscutible armada por la inyección de victoria que le había dado la respuesta de su ángel, se puso sus lentes oscuros y salió caminando del banco como si fuera dueño de todo el mundo.

Al salir, se desmoronó de la emoción, la respuesta de “Me has cambiado el día” era mucho más de lo que él esperaba. Para ese momento no habría duda que llamaría y que la volvería a ver y eso lo ponía indiscutiblemente feliz. La energía lo desbordaba desde adentro y se sentía capaz de cantar “We are the champions” aún mejor que el propio Mercury. Caminaba camino a casa y solamente pensaba en lo mucho que deseaba que pasen los días para recibir la llamada que podría cambiar todo, que pudiera ser la llave para olvidar de una vez a aquel anterior amor que lo dejo tan prendado y tan mal herido.


Y los días pasaron y… … … (Continuara…)

7 comentarios:

  1. Ahh muy bueno, me gusto mucho auqnue me has dejado en suspenso....

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  2. :) Denme unos dias ..... para adaptar la historia :)

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  3. :D tengo unos cuantos comentarios:
    1. en serio los hombres no pueden hacer 2 cosas al mismo tiempo no? jajajajaja xD
    2. me dio risa pensar q mientras "Alejandro" se tomaba todo el tiempo del mundo, habia toda una fila de clientes esperando para ser atendidos... (q desconsiderado!)
    3. interesante esta entrada... ficcion o tiene algo d realidad?
    4. me gusto :) jajajajajaja

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  4. Jajajajajajajajajajjaa!!! Meguuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!! Te dire que la entrada tiene tanto de realidad que puedo contestar el punto 2!!!
    Si, alejandro fue un desconsiderado total peor aun xq Korina era la cajera de "preferencial" osea el dejo esperando a como 5 viejitos y una embarazada!!!! xD!!!!

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  5. buena Gazu!!!!yo creo que tu eres el nuevo Alfredo Rusca, pero mucho mas estilizado y menos grotesco!!!!Por otro lado, es mi historia???aunque no fue en un banco, sino en una capacitacion,ejejejeej!!!!!Aunque yo no se la parte 2!!!!Bueno cuidate y sigue escribiendo!!!DTBS

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  6. JAJAJAJAJAJAJAJAJAAAA!!!! Si he leido a Rusca la diferencia entre el y yo aparte de lo alienado (que yo no soy...) es que el tiene 300 000 seguidores mas que yo :) jajajaja pero con tiempo y paciencia ....

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