domingo, 10 de abril de 2011

¿En qué momento se jodió el Perú?

¿En qué momento se jodío el Perú? Recuerdo que cuando llevaba los primeros años en mis 20 escuche esta frase reiteradas veces y si bien expresaba un poco el hecho de que habíamos afrontado muchas dificultades y teníamos un problema grande de idiosincrasia en aquel momento el país era uno de los llamados milagros latinoamericanos y digo era porque ahora tan lejos queda aquella palabra de milagro, aunque sigue siendo un milagro que aun pueda vivir gente de manera feliz o fingiendo una felicidad allá.

Tuve que irme del país y con el dolor más grande de mi alma dejar a mi viejita adorada no porque no quisiera traerla conmigo sino porque simplemente no podía y ella tampoco podía irse dejando a mis abuelos solos, para cuando pudo haber partido a darme el encuentro ya era demasiado tarde, las únicas líneas aéreas que quedaban eran del Estado y casi todos los vuelos que realizaban eran nacionales. Me comunico muy poco con ella porque el Internet está restringido y las cuotas que se tienen que pagar de comunicación telefónica a la operadora estatal (ahora estatal) son exorbitantes. Deje a muchos de mis amigos ahí y muchos otros siguieron mi camino aunque enrumbando a países diferentes. El país se ha convertido en una Alemania de Sudamérica donde el porcentaje de jóvenes ha decrecido de manera notable y el Estado busca políticas para promover la crianza de hijos aunque sin éxito.

El país siguió con las tasas de 6 a 10 % pero de decrecimiento. Las inversiones se fueron y toda la modernidad de la que un día gozamos fugazmente se marchó. Los periódicos han vuelto a ser la forma más rápida de enterarse de las cosas que suceden en el mundo aunque nunca libres pues el Estado “regula” (palabra que se puso se moda) los contenidos que los medios les proporcionan.
Las discotecas prácticamente ya no existen porque pues a partir de las 8 de la noche el toque de queda obliga a todos a adentrarse o dirigirse lo más pronto posible a sus hogares. El servicio militar obligatorio ha hecho de todos los jóvenes, hombres y mujeres con más físico pero sin educación alguna pues ni bien terminan el colegio deben ingresar a este programa y saliendo pues con lo caída de la inversión en general es difícil encontrar un trabajo para mantener sus estudios.

El tren eléctrico que alguna vez fungió de estandarte de desarrollo para el gobierno de aquellos años ahora sirve de estandarte de transporte para el actual y por lo pronto perpetuo gobierno en el que todos los “fieles” al dictador (partidarios) lo pueden usar de manera gratuita. Los pocos que se oponen a su dictadura terminan sin ninguna pertenencia propia como producto de la expropiación y al final como perseguidos políticos, luego asilados en algún país que SI supo cuidar su democracia.

Siempre oía aquella pregunta con la que empecé este escrito y nunca le tome mucha importancia pues para mí era como una frase estandarte de una ideología que buscaba el progreso del país. Ahora luego de tantos años puedo decir que el Perú se jodió en aquellas elecciones de 2da vuelta del 2011. Mi querido país nunca fue el mismo y es difícil que algún día vuelva a serlo. Algunos que se preciaban de tener el voto del cambio sufrieron las consecuencias de aquel nuevo Perú que trajo igualdad para todos pero igualdad de problemas, porque como rezaba aquel candidato que se pinto demócrata todos tenían que recibir lo mismo. Pues sí, todos recibimos lo mismo, los mismos problemas, las mismas restricciones, los mismos abusos. Aquello no distinguió de los que votaron estúpidamente por él o de los que lo aborrecían como yo.

No creo volver algún día a mi amado país así ese desgraciado deje el poder porque lo que se retrocedió es difícil que vuelva a hacerse en el corto plazo. Perdí a mi familia, a mi madre, a mis amigos, mi carrera, mis costumbres, mi comida y mis convicciones. Pero si hay algo que nunca perdí es mi dignidad y por dignidad es que no acepte vivir así.

Espero en verdad nunca tener que llegar a escribir esto como una realidad en algún lugar alejado de todo aquello que he aprendido a amar en mi corta vida. Tenemos que hacer fuerzas juntos el dictador no puede ganar, no nos puede joder la vida. Espero que estas semanas que vienen todos hagamos algo juntos porque separados no somos nada. 

Si en algo te ayude a convencerte de lo que se debe hacer... pues comparte esto con alguien mas y asi convenceremos a más personas. Gracias!!! 


PD: Dejo un vídeo que también puede ayudar a ver todo lo que perderíamos.


jueves, 17 de marzo de 2011

Despiertenme cuando empiece Septiembre....

Una persona normalmente diría que el mes más importante del año para sí misma es el mes en que nació (bueno al menos una persona con un poco de amor propio). Yo en cambio me voy un poco más adelante cuando pienso en el mes más importante del año, para ser más exacto 6 meses más adelante. Ahí nos encontramos con el mes de la S, aquel que ha servido para poemas y para canciones como la popularísima entre la gente de generaciones más experimentadas “September Morn” del genial Neil Diamond.

Así es hablo de Septiembre, un mes que normalmente se ve envuelto por una acostumbrada y peculiar aura de alegría pues porque al menos en donde vivo es el mes en el que comienza la primavera (tal vez en Estados Unidos sea un mes cargado de tristeza porque comienza el otoño y por ende las clases). Un mes que hace poco más de 9 años supo tomar un sabor a tristeza, historia y terror gracias al atentado del 11 de Septiembre.  Aquel es un mes que para mí ha tomado sin que yo lo decida (o al menos no en esta vida) una importancia especial y predominante. Si bien nací en Marzo, mi verdadera vida la celebro en Septiembre, mes en el que han nacido a la vida o a mi vida personas que han terminado siendo mis principales motores y que son parte tan pero tan importante de mi vida que si esas personas no existieran probablemente yo no sería ni el 10% de lo que soy ahora y no conocería miles de sentimientos, emociones o experiencias. 

Si bien toda esta lluvia de nacimientos importantes en ese mes lo convierten en un mes financieramente peligroso para mis intereses, pues toda la plata que me pueda gastar vale completamente la pena para agradecer a estas personas ser parte de mi vida aunque en verdad materialmente es la última forma en la que podría agradecer todo lo que trascendentalmente ellas me han dado.

Empecemos por las dos personas más importantes, mis padres. Pues sí, aquellas dos fuentes de mi vida nacieron en este bendito mes. Dos personas de las que he aprendido y heredado todo lo posiblemente heredable, dígase rasgos físicos, emociones, sentimientos, virtudes, defectos, valores, pecados, errores, aciertos, gustos musicales, salud, hábitos, formas pero sobre todo Amor. Yo creo que si no tuviera los espectacularmente amorosos padres que tengo pues ahora no sería el chicle que soy, no sería la máquina de apapachos que soy y la verdad pues que no me gustaría porque que mejor forma de demostrar amor que mediante un abrazo o un beso en la mejilla espontaneo y sin causa alguna aparente mas que el simple deseo de demostrar un cariño del más puro. Mi madre me enseño eso a diario cuando sin absoluta causa entraba a mi cuarto solo para darme un beso en la frente mientras estudiaba alguna cosa o hacia mis tareítas (de niño bueno) cuando era aun un infante.  Mi padre me enseño que el amor no da vergüenza y lo predico cada vez que le doy un beso en la mejilla o en la frente sin importarme si a los demás le parecen cosas de niños darle un beso al hombre que me regalo la vida.

Luego vienen los amores o aquellas personas que me enseñaron que es el amor pasional, el que se siente por una mujer, el que lleva la mancha del egoísmo no porque sea malo sino porque en su afán de posesión deja de pensar en la persona que supuestamente se ama. Esas personas me enseñaron ya sea por lección o por descarte y si es que no las llegue a amar igual son personas importantes por lo que significaron.

La primera es una chica de mi colegio con la cual sigo manteniendo una amistad bonita pero un poco ingrata. Podría contar historias graciosísimas de cómo a mí y a uno de mis mejores amigos nos gusto ella casi a la misma vez pero el termino ganando y una que otra cosa bastante risible, pero solamente diré que es una chica linda pero que yo no tenía una gran capacidad de discernimiento para cuando estaba terminando el colegio. Jamás discerní lo que hacía por ella y eso me llevo a cometer muchos errores pero ahora que lo veo en frio solo diré que la adolescencia me jugó una mala pasada pues no creo haber estado enamorado simplemente fue una bonita ilusión, pero de hecho fue la primera que me dio muy fuerte y que me hizo en verdad hacer cosas por ella. Es por eso que ella viene a ser importante.

La segunda de aquellas es mi primera enamorada formal que pues la tuve muy tarde a los 17 cuando recién entre a la universidad. Es importante porque como acabo de decir es la primera enamorada en serio que tuve las anteriores o no habían sido serias o no habían sido correspondidas. De ella solo puedo decir cosas buenas, es una gran chica con metas claras, organizada a más no poder y usualmente suele hacer bien todo lo que emprende.  Diré que con ella aprendí que significa tener una relación, aprendí lo que se siente estar atado a alguien aunque en realidad no exista ninguna cuerda física. Y tal vez ella pagó pato por mi tardío aprendizaje de esas cosas pues si lo hubiera aprendido antes tal vez no hubiera huido de eso como huí, pues porque siempre pensare que busque inconscientemente la “sin razón” para terminar la relación y cortar esa cuerda imaginaria que por primera vez sentía y que tenía la sensación de que apretaba más de lo que en verdad apretaba.

La tercera y no por eso menos importante, es más todo lo contrario. Es la primera y única mujer de la que creo haberme enamorado por más que ella no me lo crea. Con ella viví una historia corta pero lo que aquella historia no tuvo en extensión lo tuvo en intensidad. Fue una historia cargada de todos aquellos elementos que un buen drama merece. Fue el sueño de todo escritor con esencia de dramaturgo. Aquella mujer me mantuvo constantemente en una montaña rusa de emociones de la cual no supe o tal vez no quería bajar pues admito que las emociones son como una droga para mí y me amarran a aquel ser que me hace experimentarlas. Estoy muy seguro de haberla amado a pesar del poco tiempo que compartimos juntos y no estoy tan seguro de no amarla más, de lo que estoy seguro es de haber evolucionado ese cariño a algo más sosegado y tranquilo que tal vez espera a que la vida le dé una segunda oportunidad.

Como se verá Septiembre es ASI de importante por lo menos en lo que se refiere al Amor en mi vida pues las personas nacidas en este mes que son parte de mi vida, siempre me han enseñado a experimentarlo de diferentes, nuevas y cada vez más abrumadoras maneras. Espero que eso siga pasando, que el noveno se corone como el Rey y que la llegada de la primavera siempre signifique para mí la llegada del mes en el que celebro Amar, Vivir, Soñar y ser agradecido con todo lo que la vida me regalo en Septiembre.

lunes, 7 de marzo de 2011

Empezar de cero, sin-ceros

¿Por qué vivir engañándonos y engañando en ese afán a los demás? Es algo que aún no logro entender. ¿Acaso en verdad es una tarea titánica olvidar e ignorar todos esos impulsos estafadores y decir las cosas tal cual son?, tal cual las sentimos, tal cual pasaron, tal cual las vivimos. Lo bueno, lo malo, lo bonito, lo feo, lo horrible y lo irrepetible. Los aciertos, los errores, las virtudes, los defectos, los pensamientos, las decisiones, lo salvable o lo desahuciado.

Esta noche una persona me regaló sinceridad y con esa sinceridad me arrancó una sonrisa, me la arrancó de raíz. ¿Y si me hubiera arrancado una lágrima? Que importa! Hubiera sido una lágrima autentica y aquello merece un elogio. Pero más que eso merece un “Gracias!!” a voz en cuello y con los ojos dilatados. Porque no todo el mundo sabe regalar lo que ella regalo hoy.
Porque no todo el mundo tiene eso que hay que tener para no tenerle miedo a la verdad, para saber que la verdad nos libera, nos engrandece, nos evoluciona, nos ilumina y nos hace verdaderos hombres y mujeres.

Y le agradezco porque con su sinceridad hoy día no me regaló una afirmación, no me saco una duda de encima ni me ayudo a darme cuenta de que algo andaba mal. Con esa sinceridad me regaló el conocerla un poco más y el tal vez saber cosas que pocos saben de ella, que tal vez algunos sospechan pero que no conocen con la certeza con la que yo en este momento me puedo vanagloriar de tener.

Esta entrada es corta y es solo para agradecer a esta persona que se que leerá esto porque es una de las pocas locas que lo hace y para decirle a los otros pocos locos que lo hagan que no vale la pena usar la mentira si con esa mentira vas a hacer daño o crear sonrisas falsas mejor crear lágrimas verdaderas, dolores auténticos que de alguna u otra manera aportaran a la experiencia de vida de alguien. Una persona se sentirá mil veces más respetada por ustedes si se da cuenta que uno actuó de buena ley, tal vez la heriste pero no fue tu intención, tu única intención fue ser completamente tú, auténticamente tú, sinceramente tú.

jueves, 17 de febrero de 2011

Cuando los ángeles aparecen.... ( Parte 1 )

Alejandro no espero encontrarla ahí, no tan pronto, no tan improvisado. Desearía haber tenido algún aviso, alguna señal para poder haberse preparado para aquel encuentro.
Habían pasado dos segundos desde que aquella ¿mujer? ¿Chica? ¿Ángel?  Bueno como llamarlo era lo de menos, el punto es que habían pasado solo dos segundos desde que aquella mujer con cara angelical, piel trigueña, voz dulce y expresión seria le alcanzo a decir con una sonrisa forzada para la clientela “Buenas tardes ¿en qué puedo servirlo?”

Sí, habían pasado dos segundos pero en su cabeza ya habían pasado mil pensamientos preguntándose el porqué la vida le ponía ángeles lejos de su alcance pero a la vez tan cerca o el porqué esos dos segundos que acababan de pasar habían pasado tan lento ¿Es que acaso ella controla el tiempo y el espacio solo con su voz? Divagó y en su locura instantánea pasaron mil años luz frente a sus ojos, sin embargo en la vida real solamente había pasado un segundo más y aquella aparición parecía estar esperando una respuesta de su parte.

Volvió a la realidad de un zarpazo y cayó en la cuenta que no recordaba porque estaba ahí, balbuceó dos palabras mientras buscaba con rapidez en sus archivos mentales, tratando de encontrar la respuesta a la pregunta del ángel. “He ahí la respuesta”, se dijo a sí mismo.
Entonces articuló palabras. “Si, disculpe he venido porque necesito hacer un par de transferencias, una a otro banco y otra fuera del país”. Ella entonces con la sonrisa un poco debilitada al entender que aquel pobre ignorante en materias financieras le traería más problemas de los que de por sí ya había tenido en el día le dijo “Un momento” y fue en búsqueda de los formatos que se tenían que llenar para hacer las operaciones que él requería. Al volver le indicó que debía llenar los dos formatos y que empezarían con el formato para la transferencia “local”.

Mientras ella hablaba, el buscaba aplicar esa habilidad que nunca había podido desarrollar del todo pero que para las mujeres parece ser algo innato, hacer dos cosas a la vez. Entonces, el pensaba a la vez que escuchaba las indicaciones que ella le daba. Y lo que pensaba era que definitivamente esa cara angelical tenía que ser resultado de un evento sobrenatural, de algo fuera de su entendimiento y más allá de toda lógica o razonamiento. Que semejante ser no podía haber llegado al mundo de la misma manera en que él llego porque entonces si caería en la conclusión de que definitivamente él llego falladito. Sabía que probablemente tendría alguna razón para volver al banco en unos 200 o 300 días y también sabía que no podía esperar tanto para volver a verla, entonces pensó que era una obligación casi casi sagrada el hacer algo para poder volver a verla en otro lado sin tener que poseer alguna excusa financiera para aquel propósito.

Mientras ella seguía gastando palabras, el siguiente pensamiento fue que por mucho que él lo intentara una mujer así estaba fuera de sus posibilidades, adentro de todas sus limitaciones porque pues simplonamente los seres de su naturaleza no se mezclan con mortales pero entonces aplicó otro punto en su pensamiento y la vio como una oportunidad y recordó que las oportunidades solo llegan una vez y que si uno las deja pasar como él ya había hecho con muchas (no solo personales sino laborales), luego uno de seguro se arrepentirá de semejante boludez.
 Entonces decidió rápidamente que para poder tener alguna oportunidad debía ganarse su confianza y para eso el tiempo que demorarían las dos transacciones era perfecto. Él solo tenía que encargarse de intercambiar con ella el mayor número de palabras posibles y solo había una forma de hacerlo teniendo en cuenta que tenía que llenar un sin número de datos. Es cierto que era un neófito en materias financieras pero el punto aquí no era hacerse el calichin, era hacerse el bestia completo, preguntar hasta lo inpreguntable ya que alguna respuesta le daría posibilidad de bromear o le ayudaría a sacar un tema de conversación. Así que empezó con la ofensiva, cual partido de futbol americano, movió sus jugadores, aplicó sus tácticas y yarda a yarda avanzó hacia la ansiada meta.

Tal como lo pensó aprovecho cada dato para poder hablar con ella. En algunas ocasiones quedó como estúpido al preguntar ciertas cosas pero todo fuera por poder caerle en gracia. Al parecer las cosas empezaron a tener resultados. Ella empezó a reír cada vez más seguido y como si fuera una droga él empezó a necesitar provocar esa risa a cada minuto con más frecuencia. Pasados los 20 minutos de operaciones financieras parecían ya dos viejos amigos que se tuteaban y se reían juntos el la llamaba por su nombre de pila “Ángel”, no no es decir Korina y ella pues por el suyo.
En un momento luego de  tantas palabras y de la exitosa y estupenda demostración de bestialidad financiera de Alejandro, Korina sospechó que él no tenía idea ni de su propio número de cuenta (que ni tan propio que era, pero bueno). Tuvo razón. Ella apuntó en un pequeño papelito, que en realidad servía de voucher pero que al parecer el cliente anterior olvidó, el número de la pseudo cuenta de Alejandro y se lo dio. “Toma, este es el número de la cuenta de donde estas sacando todo.”

Él lo recibió con una sonrisa a lo que ella devolvió el gesto de manera amable y ahora hasta sincera. Eso era!!! Alejandro sintió que la sonrisa de Korina dejó de ser fingida, dejó de ser la mascarilla inexpugnable que la mayoría de trabajadores como ella le muestran al público en general, porque el cliente siempre tiene la razón o porque simplemente esta dentro de los lineamientos del banco. Entonces supo que había llegado donde quería llegar o al menos estaba cerca, en menos de 30 minutos había logrado pasar de ser un simple y molestoso cliente más a ser una persona que la hacia reír y que era merecedora de atenciones y sonrisas sinceras de su parte.

Lo siguiente que hizo fue ver fijamente el papelito que le había entregado. Y ahí vio la oportunidad perfecta. En un primer momento pensó en pedirle su teléfono pero pensó que sería muy atrevido y acosador y probablemente ella se sentiría por ponerlo así “a su merced”. Así que decidió apuntar en ese pequeño papel su teléfono y su nombre y pensó que si ella la había pasado tan bien como él pensaba y como ella aparentaba, pues entonces no cabía duda, ella llamaría.

Pasaron unos minutos más cuando ella le dijo “Bueno, Alejandro eso es todo no hay más que hacer, toma tus dos vouchers, espero haberte ayudado”. Él entonces armándose de valor y ajustando todo lo humanamente ajustable le dijo “Gracias, te puedes quedar con mi número de cuenta” y con la mano izquierda le entregó el papelito. Ella lo vio, le dio la vuelta y al ver el número que al ser de 9 cifras no podía ser otra cosa que un celular quedo bastante sorprendida y lo miro fijamente diciéndole “Que lindo, gracias”.

¿Qué lindo, gracias? Alejandro no estaba seguro si es que había escuchado bien o el nerviosismo ya lo estaba haciendo escuchar cosas que no se habían dicho. Con el ánimo al tope después de esa respuesta solo dijo “La verdad no suelo hacer esto pero la he pasado demasiado bien aquí con tu atención”. Ella respondió “Si, la verdad yo también he tenido un buen rato. Me has cambiado el día”. “Genial” dijo él. Luego, con una pose de ganador indiscutible armada por la inyección de victoria que le había dado la respuesta de su ángel, se puso sus lentes oscuros y salió caminando del banco como si fuera dueño de todo el mundo.

Al salir, se desmoronó de la emoción, la respuesta de “Me has cambiado el día” era mucho más de lo que él esperaba. Para ese momento no habría duda que llamaría y que la volvería a ver y eso lo ponía indiscutiblemente feliz. La energía lo desbordaba desde adentro y se sentía capaz de cantar “We are the champions” aún mejor que el propio Mercury. Caminaba camino a casa y solamente pensaba en lo mucho que deseaba que pasen los días para recibir la llamada que podría cambiar todo, que pudiera ser la llave para olvidar de una vez a aquel anterior amor que lo dejo tan prendado y tan mal herido.


Y los días pasaron y… … … (Continuara…)

viernes, 11 de febrero de 2011

...El miedo a quererte...

Cuántas veces hemos conocido a una persona que como se usa en el abolengo popular  “vale la pena” y cuantas de esas veces en verdad nos hemos arriesgado a querer a esa persona sin pensar en las consecuencias personales, ni en el que dirán, ni en el futuro, ni el pasado y probablemente ni en el presente.


Salvo algunas raras excepciones que probablemente sean personas que en este mundo pecan de inocentes y de nobles yo estoy casi seguro que la mayoría de los que lea esto se responderá que “casi nunca”  y encima de todo, cuando se atrevió a hacer esa locura irrazonable, ese acto injustificado, ese crimen contra la lógica, terminó más vapuleado sentimentalmente que se arrepintió completamente de haber ignorado a la conciencia y haber dejado que el “corazón siga con su devoción” como dice la canción de Willy Noriega.


Y es que cuando una acción no tiene lógica y para colmo de males tiene archivos en nuestra “lista negra” de recuerdos pues es normal que no tengamos la más mínima intención de volver a realizarla porque pues dentro de todo seguimos siendo “animales” (racionales pero animales al fin y al cabo) y es bien sabido que los animales funcionan a punta de “recuerdos”. Es simple, toca una campana cada vez que vayas a darle comida a tu mascota durante unos días luego toca la campana sin que haya comida y veras como tu mascota corre a ver su plato pues asocia el recuerdo de la campanita con comer. Bueno, funcionamos exactamente igual. Encontramos lo que nos gusta, sentimos mariposas en el estomago, nos enamoramos, nos arriesgamos y nos masacran sentimentalmente, nos damnifican en el cariño, nos vapulean el sentimiento.


La siguiente vez que sentimos mariposas en el estomago pues lo siguiente que sentimos es arcadas. ¿Cómo atreverse a seguir? Si la ultima vez lo que parecía valer la pena solamente DIÓ pena, si uno entregó todo y no le dieron ni las gracias.

Pensando de esta manera entiendo a todos los hombres y mujeres que desarrollan una suerte de tirria, anticuerpos, alergia, trauma, fobia hacia el amor;  a todos aquellos que padecen ataques de tortícolis, soponcio y patatús cuando se menciona la mentadita palabra de 4 letras, a aquellos que se enronchan de solo ver o escuchar alguna posible muestra de cariño o alguna manifestación pública de afecto entre dos personas que sufren de una especie de fiebre que los hace pronunciar palabras socialmente irreproducibles como “Cosito”, “Amorchi”, “Chanchita”, “Curruncha” o cosas similarmente patéticas. Y es que hay que aceptarlo, cuando uno se enamora pierde parte de su dignidad, parte de su esencia y su individualidad convirtiéndose en un títere de una fuerza mayor, en un dependiente de una droga inmaterial que nos eleva de maneras que no tienen límites.


Pero volviendo al tema digo que entiendo a las personas que generan anticuerpos contra el Amor porque el amor puede llegar a ser patéticamente espectacular sin embargo el 95% de veces que nos embarcamos en una aventura sentimental nada termina como debería, nada sale como lo planeamos y el “Happily ever after” parece no existir o no estar destinado para uno.



En mi caso me ha pasado que el 100% de las veces que he decidido cargar esa maleta llena de sueños, proyecciones e ilusiones y me he enfrascado en una odisea emocional pues todo ha terminado en Dramas más imponentes y épicos que los del propio Homero.

Pero siempre había logrado reponerme y tal vez ni siquiera reponerme sino más bien ignorar las experiencias malas para poder seguir teniéndole fe al mañana, a la posteridad. Siempre lo había logrado hasta esa última vez hace ya buen tiempo.


No sé si ha sido porque esa última vez como quien dice me di al 100% o si fue porque en verdad quise a la persona con todas las ganas del mundo, pero esta ultima vez no pude y no he podido quitar la mala experiencia de aquel momento, el sentirme completamente decepcionado o molido por el desamor de una mujer. Y ahora cada vez que conozco a alguien que podría “valer la pena” la dejo pasar de manera voluntaria o simplemente por mucho esfuerzo que hago no logro quererla más de lo que se quiere a una buena amiga o a una enamorada de la adolescencia. El amor se ha bloqueado y estoy buscando la manera de desbloquear ese flujo.



Llegue a pensar con mucho terror en algún momento que ese golpe me había quitado la capacidad de enamorarme, de querer a alguien de verdad o de comprometerme con alguien.

Hasta hace poco en que conocí a una mujer que me hizo interesarme en verdad en ella. Las cosas nunca avanzaron porque era muy complicada su situación a comparación de la mía pero aquella oportunidad de conocerla fue la oportunidad de saber que no estaba muerto por dentro que podía ver a alguien y sentir un interés verdadero.

Si no pasó nada fue al final por el miedo, miedo a querer, miedo a las complicaciones, miedo a perder, incluso miedo a ganar porque ganar podría significar compromiso largo, duradero y quien sabe eterno. Y la eternidad da miedo, la eternidad nos empequeñece con su grandeza, la eternidad nos hace salir huyendo.


No sé si existe más miedo a lo desconocido que a lo conocido doloroso. Lo único que puedo decir es que ahora que he podido comprobar que lo que me ha sucedido no han llegado a ser golpes de muerte y solo han sido traumas-shock (clínicamente hablando) pues entraré en un camino de rehabilitación total que me haga perder el miedo a caer, que elimine mi aversión al riesgo y que me convierta otra vez en alguien capaz de querer libremente.

Y es lo mismo que espero de todo el mundo, basta de caparazones, basta de orgullos y de miedos, de traumas y de recelos. Atrévanse a querer, entréguense al 1000% y si no los saben valorar pues siéntanse bien de que ustedes dieron lo que tenían que dar, que fueron buenos o buenas enamoradas y dignas personas. Si la otra persona no dio lo mismo pues muy su problema.
  
Espero mujer perfecta cruzarme contigo, (quien quiera que seas) el día que esté listo y completamente libre del miedo, el miedo a quererte.

lunes, 31 de enero de 2011

..... Carnes Borrachas .....

Nunca fui tan consiente ni había caído tan en la realidad del pasado como lo he hecho hoy despues de pensar un poco y recordar un día en particular. Y todo gracias a visitas inesperadas y no planificadas de esas cosas que siempre salen mejor así.

Mi abuelo, un gran hombre que nació y vivió en Barrios Altos en 1921 hace ya 90 años. Un cholo acriollado de esos natos que aprendió a ser hombre de una manera arrancada y precoz porque la vida no le quiso dar más oportunidad de ser niño. Un niño que aprendía a lavar, remendar y planchar su ropa y la de sus hermanos mientras los otros niños aprendían a soñar y jugar a las escondidas.

Un joven que conoció la amistad y tuvo una amistad larga, duradera y con excesos con el alcohol, un Señor que pese a las limitaciones que la vida le impuso supo darse un lugar y hacerse de un nombre y un status a base de esfuerzo y experiencia. Un maduro impúdico que entrado casi en base 4 buscó a una indefensa niña de 18 y la hizo su mujer, si es que cabe el termino, aprovechándose de la necesidad de la niña de tener una vida propia y una libertad mil veces negada en una casa donde encima de todo gobernaba un tirano que ni siquiera había tenido por bien concebirla.

Un hombre que se obsequio a sí mismo el gusto de viajar, de conocer diferentes lugares, de vivir de la bohemia y de la botella cuando el cuerpo y la billetera aguantaban. Un padre que cumplió en todos sus deberes pero que erróneamente educado, por poco y le quita el derecho a  sus únicas hijas de educarse y por consiguiente casi me quita a mi mismo el derecho de nacer.

Un abuelo que siempre vio en mí al hijo varón que la vida siempre le negó y que sin decirlo ni expresarlo volcó en mi toda su expectativa, sueños y cariño. Claro, su cariño siempre fue raro he de decir pues comprendo que la rudeza de la vida que le toco vivir nunca le dejo aprender a ser sutil ni a expresarse con cariño pues hasta cuando me quiere dar un abrazo me termina golpeando, pero con el tiempo aprendí a entender que esa era su manera de decir que me quería entonces esos pequeños manotazos dejaron de doler.
Todo eso que he escrito en los párrafos anteriores ya lo sabía, sin embargo nunca había tenido la oportunidad de escuchar anécdotas familiares ni de escuchar de boca de alguien que haya sido su amigo o su cómplice en borracheras que cosas hacia o como era él.

Eso fue hasta el último miércoles  29 de Diciembre del año que paso, en el que recibimos la inesperada visita de unos tíos que viven en tierras gauchas y decidieron caer por las fiestas a Lima. Eran las 9:00 PM cuando yo me disponía a salir para despedir a Mario un amigo que por casualidades de la vida enrumbaba al día siguiente a Buenos Aires a pasar las fiestas del año nuevo y justo tocaron el timbre. Al abrir la puerta la sorpresa fue mayor cuando tuve a un tío de aproximadamente 1.80, medio robusto y calvo en su totalidad metiéndome un abrazo y un ósculo en la mejilla mientras exclamaba “Queriiiiiidooo que gusto de verte, boludo”

Yo sin salir de mi asombro estaba a punto de preguntarle a ese señor ¿Quién demonios era? y quién se creía para oscularme la mejilla así de esa manera y sin previo aviso. Felizmente antes de que lo haga mi abuela me llegó a prevenir de que se trataba de mi tío Jesús (para ese momento el único tio Jesús que yo tenia era uno que vive en Republica Dominicana y pues no se parecía en nada a ese Señor).

Cuando estaba a punto de preguntar quién era mi “Tio Jesús” aparece otro Señor con todo el bigote mejicano, flaco, alto y el pelo largo y canoso. Este señor hizo exactamente el mismo trámite que mi “Tio Jesús” y antes que pueda hacer la pregunta de porque los osculos tan confianzudos me salen avisando que él es mi “Tio Juan” (de ese si no tenia ninguno). Me había quedado claro que eran mis tíos, sin embargo aun no tenía claro de donde salieron y donde habían estado los 22 años de mi vida (bueno era un poco obvio que habían estado por argentina pero ese no es el sentido de la pregunta).

Es entonces cuando vi una señora llenita que ya tenía bien conocida, una sobrina de mi abuelo (hija de su hermana) que viene a la casa de vez en cuando a visitarlo y a visitarnos y comprendí que eran sus hermanos de quienes siempre habla. Entraron a la casa y preguntaron por mi abuelo, fui a buscarlo y cuando él salió a saludar fui testigo de un hecho sin precedentes. La cara de mi abuelo se iluminó y la alegría se poso en su rostro, no una sonrisa leve ni una risa producto de un chiste bien contado sino alegría de la más pura.  Tan pura que no me quedo de otra que contagiarme completamente y empezar a sonreír sin la más mínima razón aparente. Ellos al verlo exclamaron “Carne Borrachaaaaa” y yo pues en una mezcla de extrañeza y admiración contemplaba ese saludo que tenía mucho de familiar y a la vez mucho de amistad. No parecía que fueran tío y sobrinos quienes se estaban saludando sino un trió de personas que habían compartido muchos momentos juntos y que empezando por ese saludo tenían muchas cosas que contar y explicar.

Esa noche fue de indudable alegría, mis tíos se encargaron de contar mil y un anécdotas acerca de la juventud de mi abuelo. De cómo le gustaba tomar vinos y de los buenos, de cómo siempre llegaba a las reuniones más aun si había buen licor de por medio y de cómo siempre andaba vestido con su gorro, su saco y su chaleco derrochando garbo y elegancia por donde caminaba. Recordé todas las fotos posibles de su juventud o al menos de su madurez y lo imaginé así como era antes un Señor Alto, Robusto, Elegante, con un bigote bien llevado, directivo de oficio, libador de vocación. Lo imaginé así, sosteniendo la mano de un bebe regordete, medio achinado, de piel trigueña, sandalitas blancas y enterizo celeste. Lo imaginé llevando a ese bebe de la mano porque a ese bebe le encantaba caminar de la mano del Señor Chistoso con pelo encima de la boca. Lo imaginé luego un poco más entrado en años dedicándose a hacer un camión de madera y tallando una espada y al mismo bebe un poco mas crecido y ya no tan regordete trayendo sus soldaditos de plástico porque le encantaba ponerlos en el camión de madera que el Señor buenamente había tallado. Lo imagine mil veces más y siempre lo vi al costado de ese bebe, infante, niño, púber, adolescente, joven. Porque ese joven dentro de toda su joda y su ingratitud no concibe la vida sin ese señor. Porque ese señor espero toda su vida a ese bebe. Porque ese bebe aprendió a hablar y a caminar de la mano del Señor. Y porque ese señor supo renunciar a todo lo demás para ser un padre para ese bebe.

Y fui feliz en ese momento pudiendo conocer un poco más de ese Señor, pudiendo saber que no solo fue el autoritario que la hizo de hombre de la casa durante los primeros 20 años de mi vida, sino que también fue una persona que conoció la amistad de una manera fuerte y concisa. Que fue el compañero perfecto para una noche de conversación, amistad y tragos. Que fue un hermano ejemplar que la tuvo que pegar de padre cuando todos los otros niños la pegaban de hijo. Que fue un tío cómplice que se supo ser amigo de esos sobrinos borrachines, y que aún así no dejo de ser el mejor padre que la vida le permitió ser y se dio las energías para ser el mejor abuelo que yo he conocido en mi vida entera. Y solo para defensa de mí otro abuelo diré que él es uno de los ángeles que cuida mi vida, que la vida no me dio la suerte de conocerlo y que si lo hubiera hecho la elección del mejor abuelo del mundo tendría que compartirla, de eso estoy seguro.
Esa noche tuve que partir a despedir a mi amigo, mis tíos se quedaron seguramente compartiendo más cosas sin embargo yo quede con ellos en que tenía que volver a verlos antes que partieran nuevamente a Argentina pues me moría por oír más historias, sin embargo por cosas de la vida diaria el tiempo se me paso en dos patadas y sin darme cuenta ellos ya no estaban en Lima.

Solo espero poder darme en algún día cercano el tiempo y el billete para poder ir tras ellos y tras más historias de los “Carnes Borrachas”

jueves, 20 de enero de 2011

Carta a Soledad....

A proposito del post anterior acerca de la soledad, me animo a postear algo que escribi un día en el que buscaba sentirme acompañado por alguien especial sin darme cuenta que ya lo estaba en realidad...

"A dos pasos y medio de que la sociedad le sume 1 año más a mi número, me puse a pensar. Pensé y sentí y solo quise darme con que había querido, había amado y había sido correspondido. Salí a caminar y levante la mirada y mire sobre mi hombro para no encontrar nada, para no ver a nadie.

Desilusionado de dos décadas de vida seguí caminando y pensé en todas las veces en que he necesitado algo y no me he muerto de la falta de. Y es entonces que volví a mirar con la esperanza de haber visto mal. Y te vi, te vi ahí parada como tantas otras veces con una sonrisa, una lagrima, una mirada, tanta comprensión, tanta ternura, tanta amargura y tanto amor.

Y te reconocí a ti, Soledad. Eterna compañera, incondicional amante, Apoyo inquebrantable, Consejera Sincera, Animadora Efectiva. Como no haber podido darme cuenta que cuando todo falta, estas ahí. Como haber podido ignorar tú presencia si suele ser la única que nunca se aleja. Como haberme negado a reconocer que eres más que mi sombra, eres mi esencia.

Extenuado y Sosegado todo de una burda vez, empecé a pensar en la mejor manera de retribuirte, de reconocerte, de agradecerte. No se me ocurrió más que escribirte y decirte…

Gracias…

Gracias por haberme ayudado a plantearme metas cuando nadie más tenía tiempo para pensar en mis sueños.

Gracias por haber contenido mis gritos de terror y pánico cuando no he podido ni he debido darlos.

Gracias por ser el hombro donde siempre he podido llorar y por llorar conmigo cuando no me has podido calmar.

Gracias por alentarme cada día a dejar de ser lo que soy y a intentar ser lo que puedo ser.

Gracias por reírte de mis chistes, incluyendo de los malos.

Gracias por darme esas ideas que nadie me ha dado, por enseñarme que amar no es decir “Te Amo” sino es sorprender a la persona que amas día a día de una manera completamente distinta al día anterior.

Gracias por no darme el gusto de discutir cuando quiero hacerlo y por discutir cuando necesito hacerlo.

Gracias por perdonar mis errores sin siquiera mencionar palabra alguna. Gracias por no condenarme cuando los demás ya firmarian la sentencia.

Gracias por cocinar para mí cuando he necesitado que me engrían y por tratarme como un adulto cuando he querido tomar decisiones.

Gracias por entender sin necesidad de mencionar palabras cuando estoy destrozado y gracias por ayudarme a recoger los escombros.

Gracias por ayudarme a mirar el horizonte con optimismo pero a la vez no dejar que mi realismo se vaya al demonio.

Gracias por tomarte un café conmigo a las 6 de la tarde.

Gracias por ayudarme a hacer mi trabajo sin que nadie lo sepa, cuidando siempre que no me despidan.

Gracias por guardar mis secretos y amilanar mis traumas.


Gracias por ahuyentar a la muerte, a la muerte de mi alma.


No podría continuar, porque ciertamente no acabaría jamás. Buscaba el día perfecto para sumarle un número a mi vida, buscaba la compañía perfecta para sumarle un número a mi vida, buscaba el momento perfecto para sumarle un número a mi vida. Iluso yo, que busco lo que tengo y que anhelo lo que ya me han regalado. No tengo más que decir, simplemente desearía que tu sonrisa no se apague nunca, que esa lagrima que cae, siga cayendo. Que tu ternura nunca se agote, que la comprensión sea infinita, que la amargura no se contenga y que el amor no deje de existir en tu esencia, en mi esencia porque tú eres yo y porque yo soy tu, Soledad."