jueves, 17 de marzo de 2011

Despiertenme cuando empiece Septiembre....

Una persona normalmente diría que el mes más importante del año para sí misma es el mes en que nació (bueno al menos una persona con un poco de amor propio). Yo en cambio me voy un poco más adelante cuando pienso en el mes más importante del año, para ser más exacto 6 meses más adelante. Ahí nos encontramos con el mes de la S, aquel que ha servido para poemas y para canciones como la popularísima entre la gente de generaciones más experimentadas “September Morn” del genial Neil Diamond.

Así es hablo de Septiembre, un mes que normalmente se ve envuelto por una acostumbrada y peculiar aura de alegría pues porque al menos en donde vivo es el mes en el que comienza la primavera (tal vez en Estados Unidos sea un mes cargado de tristeza porque comienza el otoño y por ende las clases). Un mes que hace poco más de 9 años supo tomar un sabor a tristeza, historia y terror gracias al atentado del 11 de Septiembre.  Aquel es un mes que para mí ha tomado sin que yo lo decida (o al menos no en esta vida) una importancia especial y predominante. Si bien nací en Marzo, mi verdadera vida la celebro en Septiembre, mes en el que han nacido a la vida o a mi vida personas que han terminado siendo mis principales motores y que son parte tan pero tan importante de mi vida que si esas personas no existieran probablemente yo no sería ni el 10% de lo que soy ahora y no conocería miles de sentimientos, emociones o experiencias. 

Si bien toda esta lluvia de nacimientos importantes en ese mes lo convierten en un mes financieramente peligroso para mis intereses, pues toda la plata que me pueda gastar vale completamente la pena para agradecer a estas personas ser parte de mi vida aunque en verdad materialmente es la última forma en la que podría agradecer todo lo que trascendentalmente ellas me han dado.

Empecemos por las dos personas más importantes, mis padres. Pues sí, aquellas dos fuentes de mi vida nacieron en este bendito mes. Dos personas de las que he aprendido y heredado todo lo posiblemente heredable, dígase rasgos físicos, emociones, sentimientos, virtudes, defectos, valores, pecados, errores, aciertos, gustos musicales, salud, hábitos, formas pero sobre todo Amor. Yo creo que si no tuviera los espectacularmente amorosos padres que tengo pues ahora no sería el chicle que soy, no sería la máquina de apapachos que soy y la verdad pues que no me gustaría porque que mejor forma de demostrar amor que mediante un abrazo o un beso en la mejilla espontaneo y sin causa alguna aparente mas que el simple deseo de demostrar un cariño del más puro. Mi madre me enseño eso a diario cuando sin absoluta causa entraba a mi cuarto solo para darme un beso en la frente mientras estudiaba alguna cosa o hacia mis tareítas (de niño bueno) cuando era aun un infante.  Mi padre me enseño que el amor no da vergüenza y lo predico cada vez que le doy un beso en la mejilla o en la frente sin importarme si a los demás le parecen cosas de niños darle un beso al hombre que me regalo la vida.

Luego vienen los amores o aquellas personas que me enseñaron que es el amor pasional, el que se siente por una mujer, el que lleva la mancha del egoísmo no porque sea malo sino porque en su afán de posesión deja de pensar en la persona que supuestamente se ama. Esas personas me enseñaron ya sea por lección o por descarte y si es que no las llegue a amar igual son personas importantes por lo que significaron.

La primera es una chica de mi colegio con la cual sigo manteniendo una amistad bonita pero un poco ingrata. Podría contar historias graciosísimas de cómo a mí y a uno de mis mejores amigos nos gusto ella casi a la misma vez pero el termino ganando y una que otra cosa bastante risible, pero solamente diré que es una chica linda pero que yo no tenía una gran capacidad de discernimiento para cuando estaba terminando el colegio. Jamás discerní lo que hacía por ella y eso me llevo a cometer muchos errores pero ahora que lo veo en frio solo diré que la adolescencia me jugó una mala pasada pues no creo haber estado enamorado simplemente fue una bonita ilusión, pero de hecho fue la primera que me dio muy fuerte y que me hizo en verdad hacer cosas por ella. Es por eso que ella viene a ser importante.

La segunda de aquellas es mi primera enamorada formal que pues la tuve muy tarde a los 17 cuando recién entre a la universidad. Es importante porque como acabo de decir es la primera enamorada en serio que tuve las anteriores o no habían sido serias o no habían sido correspondidas. De ella solo puedo decir cosas buenas, es una gran chica con metas claras, organizada a más no poder y usualmente suele hacer bien todo lo que emprende.  Diré que con ella aprendí que significa tener una relación, aprendí lo que se siente estar atado a alguien aunque en realidad no exista ninguna cuerda física. Y tal vez ella pagó pato por mi tardío aprendizaje de esas cosas pues si lo hubiera aprendido antes tal vez no hubiera huido de eso como huí, pues porque siempre pensare que busque inconscientemente la “sin razón” para terminar la relación y cortar esa cuerda imaginaria que por primera vez sentía y que tenía la sensación de que apretaba más de lo que en verdad apretaba.

La tercera y no por eso menos importante, es más todo lo contrario. Es la primera y única mujer de la que creo haberme enamorado por más que ella no me lo crea. Con ella viví una historia corta pero lo que aquella historia no tuvo en extensión lo tuvo en intensidad. Fue una historia cargada de todos aquellos elementos que un buen drama merece. Fue el sueño de todo escritor con esencia de dramaturgo. Aquella mujer me mantuvo constantemente en una montaña rusa de emociones de la cual no supe o tal vez no quería bajar pues admito que las emociones son como una droga para mí y me amarran a aquel ser que me hace experimentarlas. Estoy muy seguro de haberla amado a pesar del poco tiempo que compartimos juntos y no estoy tan seguro de no amarla más, de lo que estoy seguro es de haber evolucionado ese cariño a algo más sosegado y tranquilo que tal vez espera a que la vida le dé una segunda oportunidad.

Como se verá Septiembre es ASI de importante por lo menos en lo que se refiere al Amor en mi vida pues las personas nacidas en este mes que son parte de mi vida, siempre me han enseñado a experimentarlo de diferentes, nuevas y cada vez más abrumadoras maneras. Espero que eso siga pasando, que el noveno se corone como el Rey y que la llegada de la primavera siempre signifique para mí la llegada del mes en el que celebro Amar, Vivir, Soñar y ser agradecido con todo lo que la vida me regalo en Septiembre.

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