jueves, 17 de febrero de 2011

Cuando los ángeles aparecen.... ( Parte 1 )

Alejandro no espero encontrarla ahí, no tan pronto, no tan improvisado. Desearía haber tenido algún aviso, alguna señal para poder haberse preparado para aquel encuentro.
Habían pasado dos segundos desde que aquella ¿mujer? ¿Chica? ¿Ángel?  Bueno como llamarlo era lo de menos, el punto es que habían pasado solo dos segundos desde que aquella mujer con cara angelical, piel trigueña, voz dulce y expresión seria le alcanzo a decir con una sonrisa forzada para la clientela “Buenas tardes ¿en qué puedo servirlo?”

Sí, habían pasado dos segundos pero en su cabeza ya habían pasado mil pensamientos preguntándose el porqué la vida le ponía ángeles lejos de su alcance pero a la vez tan cerca o el porqué esos dos segundos que acababan de pasar habían pasado tan lento ¿Es que acaso ella controla el tiempo y el espacio solo con su voz? Divagó y en su locura instantánea pasaron mil años luz frente a sus ojos, sin embargo en la vida real solamente había pasado un segundo más y aquella aparición parecía estar esperando una respuesta de su parte.

Volvió a la realidad de un zarpazo y cayó en la cuenta que no recordaba porque estaba ahí, balbuceó dos palabras mientras buscaba con rapidez en sus archivos mentales, tratando de encontrar la respuesta a la pregunta del ángel. “He ahí la respuesta”, se dijo a sí mismo.
Entonces articuló palabras. “Si, disculpe he venido porque necesito hacer un par de transferencias, una a otro banco y otra fuera del país”. Ella entonces con la sonrisa un poco debilitada al entender que aquel pobre ignorante en materias financieras le traería más problemas de los que de por sí ya había tenido en el día le dijo “Un momento” y fue en búsqueda de los formatos que se tenían que llenar para hacer las operaciones que él requería. Al volver le indicó que debía llenar los dos formatos y que empezarían con el formato para la transferencia “local”.

Mientras ella hablaba, el buscaba aplicar esa habilidad que nunca había podido desarrollar del todo pero que para las mujeres parece ser algo innato, hacer dos cosas a la vez. Entonces, el pensaba a la vez que escuchaba las indicaciones que ella le daba. Y lo que pensaba era que definitivamente esa cara angelical tenía que ser resultado de un evento sobrenatural, de algo fuera de su entendimiento y más allá de toda lógica o razonamiento. Que semejante ser no podía haber llegado al mundo de la misma manera en que él llego porque entonces si caería en la conclusión de que definitivamente él llego falladito. Sabía que probablemente tendría alguna razón para volver al banco en unos 200 o 300 días y también sabía que no podía esperar tanto para volver a verla, entonces pensó que era una obligación casi casi sagrada el hacer algo para poder volver a verla en otro lado sin tener que poseer alguna excusa financiera para aquel propósito.

Mientras ella seguía gastando palabras, el siguiente pensamiento fue que por mucho que él lo intentara una mujer así estaba fuera de sus posibilidades, adentro de todas sus limitaciones porque pues simplonamente los seres de su naturaleza no se mezclan con mortales pero entonces aplicó otro punto en su pensamiento y la vio como una oportunidad y recordó que las oportunidades solo llegan una vez y que si uno las deja pasar como él ya había hecho con muchas (no solo personales sino laborales), luego uno de seguro se arrepentirá de semejante boludez.
 Entonces decidió rápidamente que para poder tener alguna oportunidad debía ganarse su confianza y para eso el tiempo que demorarían las dos transacciones era perfecto. Él solo tenía que encargarse de intercambiar con ella el mayor número de palabras posibles y solo había una forma de hacerlo teniendo en cuenta que tenía que llenar un sin número de datos. Es cierto que era un neófito en materias financieras pero el punto aquí no era hacerse el calichin, era hacerse el bestia completo, preguntar hasta lo inpreguntable ya que alguna respuesta le daría posibilidad de bromear o le ayudaría a sacar un tema de conversación. Así que empezó con la ofensiva, cual partido de futbol americano, movió sus jugadores, aplicó sus tácticas y yarda a yarda avanzó hacia la ansiada meta.

Tal como lo pensó aprovecho cada dato para poder hablar con ella. En algunas ocasiones quedó como estúpido al preguntar ciertas cosas pero todo fuera por poder caerle en gracia. Al parecer las cosas empezaron a tener resultados. Ella empezó a reír cada vez más seguido y como si fuera una droga él empezó a necesitar provocar esa risa a cada minuto con más frecuencia. Pasados los 20 minutos de operaciones financieras parecían ya dos viejos amigos que se tuteaban y se reían juntos el la llamaba por su nombre de pila “Ángel”, no no es decir Korina y ella pues por el suyo.
En un momento luego de  tantas palabras y de la exitosa y estupenda demostración de bestialidad financiera de Alejandro, Korina sospechó que él no tenía idea ni de su propio número de cuenta (que ni tan propio que era, pero bueno). Tuvo razón. Ella apuntó en un pequeño papelito, que en realidad servía de voucher pero que al parecer el cliente anterior olvidó, el número de la pseudo cuenta de Alejandro y se lo dio. “Toma, este es el número de la cuenta de donde estas sacando todo.”

Él lo recibió con una sonrisa a lo que ella devolvió el gesto de manera amable y ahora hasta sincera. Eso era!!! Alejandro sintió que la sonrisa de Korina dejó de ser fingida, dejó de ser la mascarilla inexpugnable que la mayoría de trabajadores como ella le muestran al público en general, porque el cliente siempre tiene la razón o porque simplemente esta dentro de los lineamientos del banco. Entonces supo que había llegado donde quería llegar o al menos estaba cerca, en menos de 30 minutos había logrado pasar de ser un simple y molestoso cliente más a ser una persona que la hacia reír y que era merecedora de atenciones y sonrisas sinceras de su parte.

Lo siguiente que hizo fue ver fijamente el papelito que le había entregado. Y ahí vio la oportunidad perfecta. En un primer momento pensó en pedirle su teléfono pero pensó que sería muy atrevido y acosador y probablemente ella se sentiría por ponerlo así “a su merced”. Así que decidió apuntar en ese pequeño papel su teléfono y su nombre y pensó que si ella la había pasado tan bien como él pensaba y como ella aparentaba, pues entonces no cabía duda, ella llamaría.

Pasaron unos minutos más cuando ella le dijo “Bueno, Alejandro eso es todo no hay más que hacer, toma tus dos vouchers, espero haberte ayudado”. Él entonces armándose de valor y ajustando todo lo humanamente ajustable le dijo “Gracias, te puedes quedar con mi número de cuenta” y con la mano izquierda le entregó el papelito. Ella lo vio, le dio la vuelta y al ver el número que al ser de 9 cifras no podía ser otra cosa que un celular quedo bastante sorprendida y lo miro fijamente diciéndole “Que lindo, gracias”.

¿Qué lindo, gracias? Alejandro no estaba seguro si es que había escuchado bien o el nerviosismo ya lo estaba haciendo escuchar cosas que no se habían dicho. Con el ánimo al tope después de esa respuesta solo dijo “La verdad no suelo hacer esto pero la he pasado demasiado bien aquí con tu atención”. Ella respondió “Si, la verdad yo también he tenido un buen rato. Me has cambiado el día”. “Genial” dijo él. Luego, con una pose de ganador indiscutible armada por la inyección de victoria que le había dado la respuesta de su ángel, se puso sus lentes oscuros y salió caminando del banco como si fuera dueño de todo el mundo.

Al salir, se desmoronó de la emoción, la respuesta de “Me has cambiado el día” era mucho más de lo que él esperaba. Para ese momento no habría duda que llamaría y que la volvería a ver y eso lo ponía indiscutiblemente feliz. La energía lo desbordaba desde adentro y se sentía capaz de cantar “We are the champions” aún mejor que el propio Mercury. Caminaba camino a casa y solamente pensaba en lo mucho que deseaba que pasen los días para recibir la llamada que podría cambiar todo, que pudiera ser la llave para olvidar de una vez a aquel anterior amor que lo dejo tan prendado y tan mal herido.


Y los días pasaron y… … … (Continuara…)

viernes, 11 de febrero de 2011

...El miedo a quererte...

Cuántas veces hemos conocido a una persona que como se usa en el abolengo popular  “vale la pena” y cuantas de esas veces en verdad nos hemos arriesgado a querer a esa persona sin pensar en las consecuencias personales, ni en el que dirán, ni en el futuro, ni el pasado y probablemente ni en el presente.


Salvo algunas raras excepciones que probablemente sean personas que en este mundo pecan de inocentes y de nobles yo estoy casi seguro que la mayoría de los que lea esto se responderá que “casi nunca”  y encima de todo, cuando se atrevió a hacer esa locura irrazonable, ese acto injustificado, ese crimen contra la lógica, terminó más vapuleado sentimentalmente que se arrepintió completamente de haber ignorado a la conciencia y haber dejado que el “corazón siga con su devoción” como dice la canción de Willy Noriega.


Y es que cuando una acción no tiene lógica y para colmo de males tiene archivos en nuestra “lista negra” de recuerdos pues es normal que no tengamos la más mínima intención de volver a realizarla porque pues dentro de todo seguimos siendo “animales” (racionales pero animales al fin y al cabo) y es bien sabido que los animales funcionan a punta de “recuerdos”. Es simple, toca una campana cada vez que vayas a darle comida a tu mascota durante unos días luego toca la campana sin que haya comida y veras como tu mascota corre a ver su plato pues asocia el recuerdo de la campanita con comer. Bueno, funcionamos exactamente igual. Encontramos lo que nos gusta, sentimos mariposas en el estomago, nos enamoramos, nos arriesgamos y nos masacran sentimentalmente, nos damnifican en el cariño, nos vapulean el sentimiento.


La siguiente vez que sentimos mariposas en el estomago pues lo siguiente que sentimos es arcadas. ¿Cómo atreverse a seguir? Si la ultima vez lo que parecía valer la pena solamente DIÓ pena, si uno entregó todo y no le dieron ni las gracias.

Pensando de esta manera entiendo a todos los hombres y mujeres que desarrollan una suerte de tirria, anticuerpos, alergia, trauma, fobia hacia el amor;  a todos aquellos que padecen ataques de tortícolis, soponcio y patatús cuando se menciona la mentadita palabra de 4 letras, a aquellos que se enronchan de solo ver o escuchar alguna posible muestra de cariño o alguna manifestación pública de afecto entre dos personas que sufren de una especie de fiebre que los hace pronunciar palabras socialmente irreproducibles como “Cosito”, “Amorchi”, “Chanchita”, “Curruncha” o cosas similarmente patéticas. Y es que hay que aceptarlo, cuando uno se enamora pierde parte de su dignidad, parte de su esencia y su individualidad convirtiéndose en un títere de una fuerza mayor, en un dependiente de una droga inmaterial que nos eleva de maneras que no tienen límites.


Pero volviendo al tema digo que entiendo a las personas que generan anticuerpos contra el Amor porque el amor puede llegar a ser patéticamente espectacular sin embargo el 95% de veces que nos embarcamos en una aventura sentimental nada termina como debería, nada sale como lo planeamos y el “Happily ever after” parece no existir o no estar destinado para uno.



En mi caso me ha pasado que el 100% de las veces que he decidido cargar esa maleta llena de sueños, proyecciones e ilusiones y me he enfrascado en una odisea emocional pues todo ha terminado en Dramas más imponentes y épicos que los del propio Homero.

Pero siempre había logrado reponerme y tal vez ni siquiera reponerme sino más bien ignorar las experiencias malas para poder seguir teniéndole fe al mañana, a la posteridad. Siempre lo había logrado hasta esa última vez hace ya buen tiempo.


No sé si ha sido porque esa última vez como quien dice me di al 100% o si fue porque en verdad quise a la persona con todas las ganas del mundo, pero esta ultima vez no pude y no he podido quitar la mala experiencia de aquel momento, el sentirme completamente decepcionado o molido por el desamor de una mujer. Y ahora cada vez que conozco a alguien que podría “valer la pena” la dejo pasar de manera voluntaria o simplemente por mucho esfuerzo que hago no logro quererla más de lo que se quiere a una buena amiga o a una enamorada de la adolescencia. El amor se ha bloqueado y estoy buscando la manera de desbloquear ese flujo.



Llegue a pensar con mucho terror en algún momento que ese golpe me había quitado la capacidad de enamorarme, de querer a alguien de verdad o de comprometerme con alguien.

Hasta hace poco en que conocí a una mujer que me hizo interesarme en verdad en ella. Las cosas nunca avanzaron porque era muy complicada su situación a comparación de la mía pero aquella oportunidad de conocerla fue la oportunidad de saber que no estaba muerto por dentro que podía ver a alguien y sentir un interés verdadero.

Si no pasó nada fue al final por el miedo, miedo a querer, miedo a las complicaciones, miedo a perder, incluso miedo a ganar porque ganar podría significar compromiso largo, duradero y quien sabe eterno. Y la eternidad da miedo, la eternidad nos empequeñece con su grandeza, la eternidad nos hace salir huyendo.


No sé si existe más miedo a lo desconocido que a lo conocido doloroso. Lo único que puedo decir es que ahora que he podido comprobar que lo que me ha sucedido no han llegado a ser golpes de muerte y solo han sido traumas-shock (clínicamente hablando) pues entraré en un camino de rehabilitación total que me haga perder el miedo a caer, que elimine mi aversión al riesgo y que me convierta otra vez en alguien capaz de querer libremente.

Y es lo mismo que espero de todo el mundo, basta de caparazones, basta de orgullos y de miedos, de traumas y de recelos. Atrévanse a querer, entréguense al 1000% y si no los saben valorar pues siéntanse bien de que ustedes dieron lo que tenían que dar, que fueron buenos o buenas enamoradas y dignas personas. Si la otra persona no dio lo mismo pues muy su problema.
  
Espero mujer perfecta cruzarme contigo, (quien quiera que seas) el día que esté listo y completamente libre del miedo, el miedo a quererte.

lunes, 31 de enero de 2011

..... Carnes Borrachas .....

Nunca fui tan consiente ni había caído tan en la realidad del pasado como lo he hecho hoy despues de pensar un poco y recordar un día en particular. Y todo gracias a visitas inesperadas y no planificadas de esas cosas que siempre salen mejor así.

Mi abuelo, un gran hombre que nació y vivió en Barrios Altos en 1921 hace ya 90 años. Un cholo acriollado de esos natos que aprendió a ser hombre de una manera arrancada y precoz porque la vida no le quiso dar más oportunidad de ser niño. Un niño que aprendía a lavar, remendar y planchar su ropa y la de sus hermanos mientras los otros niños aprendían a soñar y jugar a las escondidas.

Un joven que conoció la amistad y tuvo una amistad larga, duradera y con excesos con el alcohol, un Señor que pese a las limitaciones que la vida le impuso supo darse un lugar y hacerse de un nombre y un status a base de esfuerzo y experiencia. Un maduro impúdico que entrado casi en base 4 buscó a una indefensa niña de 18 y la hizo su mujer, si es que cabe el termino, aprovechándose de la necesidad de la niña de tener una vida propia y una libertad mil veces negada en una casa donde encima de todo gobernaba un tirano que ni siquiera había tenido por bien concebirla.

Un hombre que se obsequio a sí mismo el gusto de viajar, de conocer diferentes lugares, de vivir de la bohemia y de la botella cuando el cuerpo y la billetera aguantaban. Un padre que cumplió en todos sus deberes pero que erróneamente educado, por poco y le quita el derecho a  sus únicas hijas de educarse y por consiguiente casi me quita a mi mismo el derecho de nacer.

Un abuelo que siempre vio en mí al hijo varón que la vida siempre le negó y que sin decirlo ni expresarlo volcó en mi toda su expectativa, sueños y cariño. Claro, su cariño siempre fue raro he de decir pues comprendo que la rudeza de la vida que le toco vivir nunca le dejo aprender a ser sutil ni a expresarse con cariño pues hasta cuando me quiere dar un abrazo me termina golpeando, pero con el tiempo aprendí a entender que esa era su manera de decir que me quería entonces esos pequeños manotazos dejaron de doler.
Todo eso que he escrito en los párrafos anteriores ya lo sabía, sin embargo nunca había tenido la oportunidad de escuchar anécdotas familiares ni de escuchar de boca de alguien que haya sido su amigo o su cómplice en borracheras que cosas hacia o como era él.

Eso fue hasta el último miércoles  29 de Diciembre del año que paso, en el que recibimos la inesperada visita de unos tíos que viven en tierras gauchas y decidieron caer por las fiestas a Lima. Eran las 9:00 PM cuando yo me disponía a salir para despedir a Mario un amigo que por casualidades de la vida enrumbaba al día siguiente a Buenos Aires a pasar las fiestas del año nuevo y justo tocaron el timbre. Al abrir la puerta la sorpresa fue mayor cuando tuve a un tío de aproximadamente 1.80, medio robusto y calvo en su totalidad metiéndome un abrazo y un ósculo en la mejilla mientras exclamaba “Queriiiiiidooo que gusto de verte, boludo”

Yo sin salir de mi asombro estaba a punto de preguntarle a ese señor ¿Quién demonios era? y quién se creía para oscularme la mejilla así de esa manera y sin previo aviso. Felizmente antes de que lo haga mi abuela me llegó a prevenir de que se trataba de mi tío Jesús (para ese momento el único tio Jesús que yo tenia era uno que vive en Republica Dominicana y pues no se parecía en nada a ese Señor).

Cuando estaba a punto de preguntar quién era mi “Tio Jesús” aparece otro Señor con todo el bigote mejicano, flaco, alto y el pelo largo y canoso. Este señor hizo exactamente el mismo trámite que mi “Tio Jesús” y antes que pueda hacer la pregunta de porque los osculos tan confianzudos me salen avisando que él es mi “Tio Juan” (de ese si no tenia ninguno). Me había quedado claro que eran mis tíos, sin embargo aun no tenía claro de donde salieron y donde habían estado los 22 años de mi vida (bueno era un poco obvio que habían estado por argentina pero ese no es el sentido de la pregunta).

Es entonces cuando vi una señora llenita que ya tenía bien conocida, una sobrina de mi abuelo (hija de su hermana) que viene a la casa de vez en cuando a visitarlo y a visitarnos y comprendí que eran sus hermanos de quienes siempre habla. Entraron a la casa y preguntaron por mi abuelo, fui a buscarlo y cuando él salió a saludar fui testigo de un hecho sin precedentes. La cara de mi abuelo se iluminó y la alegría se poso en su rostro, no una sonrisa leve ni una risa producto de un chiste bien contado sino alegría de la más pura.  Tan pura que no me quedo de otra que contagiarme completamente y empezar a sonreír sin la más mínima razón aparente. Ellos al verlo exclamaron “Carne Borrachaaaaa” y yo pues en una mezcla de extrañeza y admiración contemplaba ese saludo que tenía mucho de familiar y a la vez mucho de amistad. No parecía que fueran tío y sobrinos quienes se estaban saludando sino un trió de personas que habían compartido muchos momentos juntos y que empezando por ese saludo tenían muchas cosas que contar y explicar.

Esa noche fue de indudable alegría, mis tíos se encargaron de contar mil y un anécdotas acerca de la juventud de mi abuelo. De cómo le gustaba tomar vinos y de los buenos, de cómo siempre llegaba a las reuniones más aun si había buen licor de por medio y de cómo siempre andaba vestido con su gorro, su saco y su chaleco derrochando garbo y elegancia por donde caminaba. Recordé todas las fotos posibles de su juventud o al menos de su madurez y lo imaginé así como era antes un Señor Alto, Robusto, Elegante, con un bigote bien llevado, directivo de oficio, libador de vocación. Lo imaginé así, sosteniendo la mano de un bebe regordete, medio achinado, de piel trigueña, sandalitas blancas y enterizo celeste. Lo imaginé llevando a ese bebe de la mano porque a ese bebe le encantaba caminar de la mano del Señor Chistoso con pelo encima de la boca. Lo imaginé luego un poco más entrado en años dedicándose a hacer un camión de madera y tallando una espada y al mismo bebe un poco mas crecido y ya no tan regordete trayendo sus soldaditos de plástico porque le encantaba ponerlos en el camión de madera que el Señor buenamente había tallado. Lo imagine mil veces más y siempre lo vi al costado de ese bebe, infante, niño, púber, adolescente, joven. Porque ese joven dentro de toda su joda y su ingratitud no concibe la vida sin ese señor. Porque ese señor espero toda su vida a ese bebe. Porque ese bebe aprendió a hablar y a caminar de la mano del Señor. Y porque ese señor supo renunciar a todo lo demás para ser un padre para ese bebe.

Y fui feliz en ese momento pudiendo conocer un poco más de ese Señor, pudiendo saber que no solo fue el autoritario que la hizo de hombre de la casa durante los primeros 20 años de mi vida, sino que también fue una persona que conoció la amistad de una manera fuerte y concisa. Que fue el compañero perfecto para una noche de conversación, amistad y tragos. Que fue un hermano ejemplar que la tuvo que pegar de padre cuando todos los otros niños la pegaban de hijo. Que fue un tío cómplice que se supo ser amigo de esos sobrinos borrachines, y que aún así no dejo de ser el mejor padre que la vida le permitió ser y se dio las energías para ser el mejor abuelo que yo he conocido en mi vida entera. Y solo para defensa de mí otro abuelo diré que él es uno de los ángeles que cuida mi vida, que la vida no me dio la suerte de conocerlo y que si lo hubiera hecho la elección del mejor abuelo del mundo tendría que compartirla, de eso estoy seguro.
Esa noche tuve que partir a despedir a mi amigo, mis tíos se quedaron seguramente compartiendo más cosas sin embargo yo quede con ellos en que tenía que volver a verlos antes que partieran nuevamente a Argentina pues me moría por oír más historias, sin embargo por cosas de la vida diaria el tiempo se me paso en dos patadas y sin darme cuenta ellos ya no estaban en Lima.

Solo espero poder darme en algún día cercano el tiempo y el billete para poder ir tras ellos y tras más historias de los “Carnes Borrachas”

jueves, 20 de enero de 2011

Carta a Soledad....

A proposito del post anterior acerca de la soledad, me animo a postear algo que escribi un día en el que buscaba sentirme acompañado por alguien especial sin darme cuenta que ya lo estaba en realidad...

"A dos pasos y medio de que la sociedad le sume 1 año más a mi número, me puse a pensar. Pensé y sentí y solo quise darme con que había querido, había amado y había sido correspondido. Salí a caminar y levante la mirada y mire sobre mi hombro para no encontrar nada, para no ver a nadie.

Desilusionado de dos décadas de vida seguí caminando y pensé en todas las veces en que he necesitado algo y no me he muerto de la falta de. Y es entonces que volví a mirar con la esperanza de haber visto mal. Y te vi, te vi ahí parada como tantas otras veces con una sonrisa, una lagrima, una mirada, tanta comprensión, tanta ternura, tanta amargura y tanto amor.

Y te reconocí a ti, Soledad. Eterna compañera, incondicional amante, Apoyo inquebrantable, Consejera Sincera, Animadora Efectiva. Como no haber podido darme cuenta que cuando todo falta, estas ahí. Como haber podido ignorar tú presencia si suele ser la única que nunca se aleja. Como haberme negado a reconocer que eres más que mi sombra, eres mi esencia.

Extenuado y Sosegado todo de una burda vez, empecé a pensar en la mejor manera de retribuirte, de reconocerte, de agradecerte. No se me ocurrió más que escribirte y decirte…

Gracias…

Gracias por haberme ayudado a plantearme metas cuando nadie más tenía tiempo para pensar en mis sueños.

Gracias por haber contenido mis gritos de terror y pánico cuando no he podido ni he debido darlos.

Gracias por ser el hombro donde siempre he podido llorar y por llorar conmigo cuando no me has podido calmar.

Gracias por alentarme cada día a dejar de ser lo que soy y a intentar ser lo que puedo ser.

Gracias por reírte de mis chistes, incluyendo de los malos.

Gracias por darme esas ideas que nadie me ha dado, por enseñarme que amar no es decir “Te Amo” sino es sorprender a la persona que amas día a día de una manera completamente distinta al día anterior.

Gracias por no darme el gusto de discutir cuando quiero hacerlo y por discutir cuando necesito hacerlo.

Gracias por perdonar mis errores sin siquiera mencionar palabra alguna. Gracias por no condenarme cuando los demás ya firmarian la sentencia.

Gracias por cocinar para mí cuando he necesitado que me engrían y por tratarme como un adulto cuando he querido tomar decisiones.

Gracias por entender sin necesidad de mencionar palabras cuando estoy destrozado y gracias por ayudarme a recoger los escombros.

Gracias por ayudarme a mirar el horizonte con optimismo pero a la vez no dejar que mi realismo se vaya al demonio.

Gracias por tomarte un café conmigo a las 6 de la tarde.

Gracias por ayudarme a hacer mi trabajo sin que nadie lo sepa, cuidando siempre que no me despidan.

Gracias por guardar mis secretos y amilanar mis traumas.


Gracias por ahuyentar a la muerte, a la muerte de mi alma.


No podría continuar, porque ciertamente no acabaría jamás. Buscaba el día perfecto para sumarle un número a mi vida, buscaba la compañía perfecta para sumarle un número a mi vida, buscaba el momento perfecto para sumarle un número a mi vida. Iluso yo, que busco lo que tengo y que anhelo lo que ya me han regalado. No tengo más que decir, simplemente desearía que tu sonrisa no se apague nunca, que esa lagrima que cae, siga cayendo. Que tu ternura nunca se agote, que la comprensión sea infinita, que la amargura no se contenga y que el amor no deje de existir en tu esencia, en mi esencia porque tú eres yo y porque yo soy tu, Soledad."

De la Soledad y los vacios....

Hace un par de días hablaba con una personita muy especial para mí, luego de preguntarle como estaba ella me dijo “Biennnn, muy bien. Estoy viviendo un momento especial. Estoy haciendo cosas que antes no hubiera podido hacer junto a mi enamorado”. Y ese comentario solamente hizo que recuerde el comentario de otra amiga que conocí en mis clases de ingles del Británico que dijo (obviamente en ingles) me gusta pasar el tiempo sola lo cual no es malo.

Y ese par de comentarios me hicieron reflexionar un poco acerca de este manejo del tiempo propio sin que una persona ajena a él nos tenga que decir que hacer con él y cómo hacerlo. No pienso dar una cátedra del tema, sin embargo sería bueno empezando por diferenciar la “Soledad” del sentirse “Solo” pues algunas personas suelen pensar que es lo mismo y relacionan ambas cosas con tendencias depresivas y autodestructivas.

Sentirse “Solo” es sentirse una persona que no se puede relacionar con los demás  ya sea por una incapacidad de expresarse, timidez o miedo a ser herido por los demás de cualquier manera sea física o psicológica. Por otro lado defino la Soledad como el disfrute pleno de nuestra propia compañía. Y probablemente suene raro pero al final es todo lo que nos queda y ese es el punto de ver a la Soledad como algo positivo y no como algo negativo.

La Soledad es una oportunidad para interiorizar en nuestra mente y nuestro corazón, conocernos completamente y aprender a amarnos y aceptarnos para luego poder fomentar que otra persona nos ame y nos acepte de la misma manera.  La Soledad es una oportunidad para tomar decisiones independientes y sin pensar en que aquellas pueden estar afectando a alguien más. Es una razón para no querer la compañía, es una canción propia, un espejismo placentero, un tatuaje en la propia alma.

Nuestra soledad es aquello que cual si fuera el amor de una madre nunca nos va a dejar así estemos enojados con ella y nos acompañara así queramos de mil maneras ignorar su presencia.  Ella no es celosa y no nos deja ni siquiera cuando estamos acompañados porque hasta con un ser amado al lado, ambos pueden disfrutar de su propia soledad.

Y me animo a decir sin temor a ser vapuleado por cualquiera que lea esto que la Soledad, aquella primera, única y eterna compañera nuestra no solo nos acompaña sino nos ama verdaderamente pues nos disfruta un momento y nos acoge cuando la necesitamos sin embargo tarde o temprano su esencia nos recuerda la falta del otro y nos empuja a buscar a alguien más, a ser felices, a amar de verdad.
Es la soledad aquel requisito indispensable para amarnos a nosotros mismos y buscar amar a alguien más. Muy contrario es la definición de la Soledad con la de sentirse o estar “solo”.

Sentirse “solo” implica sentir un vació, un hoyo negro en el alma que a su paso va absorbiendo todo lo que encuentra y que va infectando cada parte y cada una de nuestras capacidades para entrelazarnos con el mundo, un virus que nos enajena de la realidad e incluso nos hace incapaces de disfrutar nuestra “Soledad”.
De aquí se entiende que la “Soledad” jamás implica vacio o falta, sino todo lo contrario. Aquella implica una manera distinta de existir en la que se está acompañado sin estarlo, en la que hay algo que cubre el vació y en la que por más que estemos enajenados de toda compañía física jamás estamos verdaderamente apartados de lo que somos y lo que vivimos.

Ya que sentirse solo implica un vació muchas veces es ocasionado por una falta especifica, es decir le podríamos echar perfectamente la culpa a alguien o algo que nos falta. Me tocó vivirlo en el podrido año 2010 que se fue. Mi mejor amigo falleció, una persona que jamás ni en mis proyecciones más pesimistas pensé que podría irse de mi vida y lo peor de una manera tan arrancada y tan abrupta. Y gracias a esa pérdida no pude sentirme más solo pues buscaba de nuevo su compañía o hablarle y que me respondiera pero eso no sucedía. Luego de muchos días de soledad no asimilada entendí que ahora el era parte de esa compañía implícita y que ahora podría hablar con él cuándo quisiera así como lo hacía con mi soledad. 

En resumen lo que he querido decir con este post es que la Soledad puede ser y debe ser algo que nos lleve por un camino de autoconocimiento, entendimiento de las cosas que nos suceden, realización personal y de atreverse a hacer lo que tanto pensamos aprovechando que tal vez nuestros planes son por ahora solo nuestros.

Término citando un pedazo del gran libro “Entre la Soledad y el Amor” del genial Alfredo Bryche Echenique:


“..En una trayectoria de maduración individual y cultural, la soledad es positiva. Es en sí un  aprendizaje que nos ayuda a asumir nuestras desilusiones y a liberarnos de la obsesiva frecuentación del otro. También nos ayuda a acogerlo sin la necesidad de colocar entre él y nosotros ningún tipo de barrera protectora o aislante. En resumen, solo mediante este buen uso de nuestra soledad aprenderíamos a vivir tan bien con nosotros mismos como con el otro.”








domingo, 9 de enero de 2011

El poder de las mujeres...

Hay una frase que construí alguna vez con un muy buen amigo que siempre está dispuesto a conversar de estos temas, claro que he de aclarar que estábamos entrados en tragos. La frase rezaba algo así: “Las mujeres no deberían haber desarrollado su libre albedrio”. Y sí que la frase es machista pero el punto no es esa frase, el punto es él porque llegamos a decir semejante boludez. Llegamos a decir semejante boludez porque en esos momentos éramos victimas cada uno de una mujer que nos hacía la vida un poco más complicada de lo que ya es utilizando su libre albedrio a diestra y siniestra, sin compasión ni consideración alguna para nuestros pobres corazones que se morían por ellas.
  

Nosotros pensábamos: “En que mal momento a la mujer se le había dado por empezar a elegir todo y hacerse caso en cuanto a sus antojos y caprichos se refiere”. Pensábamos que todo era fruto de un uso desordenado y maleducado del libre albedrio que las había convertido en un enredo de indecisiones e inseguridades que nos terminaba afectando a nosotros, los pobres infelices que resulta que se morían por ellas y a quienes cada decisión o mejor dicho cada indecisión nos afectaba de manera terrible. Con el tiempo las cosas continuaron así nosotros sufriendo y ellas usando su libre albedrio como si el objetivo fuera volvernos dementes.

Hasta que un día pensando acerca de todo lo que yo había pasado con mi sufrido amor que poco a poco se convertía en un amor platónico una luz iluminó mente ¿Qué tal si no es inseguridad, sino mas bien demasiada seguridad? Claro, demasiada seguridad en que estaremos ahí así nos haga basura de mil maneras, así nos meta un cachetadón bien dado y un pollazo en el ojo, así nos deje esperando o no nos conteste el teléfono en todo el día o nos ignore siempre en el Facebook o en el MSN.

El poder de la mujer se basa en la seguridad que nosotros mismos le otorgamos cuando no le dejamos duda alguna de que los sentimientos que nos embargan por ellas son totales y nos harían hacer cualquier cosa que estuviera a nuestro alcance para que ellas estén felices y contentas. Mientras tú, hombre viril, macho que se respeta, tengas a bien no darle ninguna señal del amor extremo que sientes hacia ella no serás presa de las consecuencias. Déjala con el bicho inclemente de la duda y veras como aquella mujer que pudo haberte destrozado con una mirada juega contigo de igual a igual y empieza a sentirse atraída por aquel extraño ser que parece no adorarla como el resto de patéticos súbditos a su alrededor. Un ser que se respeta mucho más que cualquier otro que haya conocido y por eso no se tira al piso a decirle que ella es lo mejor que le ha pasado en el mundo.


Luego de esa revelación, una frase de una amiga querida me aclaro todo el panorama, cito lo que ella me dijo: “Eduardo, ¿A qué mujer no le gusta tener un hombre tras ella?”. Yo en verdad estaba esperando responder esa pregunta sin darme cuenta que era capciosa hasta que ella me miro con cara de cansancio y dijo “A ninguna pues mongolo”.


Mi pregunta siguiente e inmediata fue si a la mujer le encanta tener a alguien que la quiera, la ponga en un altar y que cumpla todo lo que ella quiere ¿Por qué demonios mi musa de cabellos negros no se decidía de una vez a estar conmigo?

“Sencillo”, dijo mi amiga con aires de sabelotodo. “Porque en el momento que te diga que sí dejaras de estar tras de ella, para estar a su lado. Ya llegaste a la meta y ya no tienes porque esforzarte ni hacer lo que ella quiera. Además, ¿para qué va a estar contigo si así nomas ella ya sabe que te tiene donde quiere?”

Me resultaba difícil de creer que mi error haya sido mostrarle todos mis sentimientos y tratarla de la mejor manera que yo podía.

Y sonara frio, y alguna persona incluso hasta se ofenderá luego de leer esto y dirá que no es así pero alguna vez puede haberse comportado de esa manera sin darse cuenta ya que como es obvio no se está pensando en hacer daño al otro simplemente en el propio bienestar y la alimentación del ego cosa que difícilmente encuentra comparación en las preferencias de las mujeres.

Para esto otra amiga me dijo “En realidad es un peligro darle poder a cualquiera sobre uno sea hombre o mujer” Y bueno,  no voy a decir que no es una afirmación valedera. Un hombre también puede tratar muy mal a una mujer si se lo propone o si lo busca pero, la diferencia es precisamente que en el hombre probablemente sea el resultado de un plan o de un proceso lógico bien estructurado y que con premeditación busca hacer daño o aprovecharse de cierta situación de alguna manera, mientras que en la mujer puede ser hasta como decía el Chavo “sin querer queriendo”. Personalmente considero que tener a alguien digamos “entretenida” simplemente porque me gusta tener a esa persona ahí o por miedo a quedarme solo es una actividad por demás egoísta y pues no está en mi naturaleza.

Pero lo peor en realidad no son las mujeres que tienen la poca consideración como para poder jugar así con un hombre sino los hombres que se prestan sumisamente para ese juego con tendencias autodestructivas. Porque quien entra a ser el muñeco de diversión de una mujer sepa que le será difícil o casi imposible salir de ahí, que ustedes se pararan hasta de pestaña con tal que la fémina en cuestión les dé una señal de cariño que los satisfaga o reconforte por un momento pero que lamentablemente solo será eso.

Mujeres, que poderosas pueden llegar a ser. Solo les imploro, por favor no se aprovechen de ese poder y no hagan leña de aquel pobre muchacho que solo espera un poco de cariño de parte de ustedes. Quien quiera refutar ese poder es libre de hacerlo, pero el hombre que diga que no ha sido presa de algo así en algún momento de su vida simplemente miente.

Me despido y una vez más queridos congéneres, piénsenlo y nunca le den ese poder a la chica por la que se mueren y probablemente logren que esa chica muera por ustedes...

domingo, 2 de enero de 2011

Al Recuerdo fugaz de un amor duradero.

Dicen que el Amor es el sentimiento por excelencia y tambien el primero que en realidad sentimos en la vida y en su estado más puro que es el que se siente por una madre. Y quien puede negar haberlo sentido alguna vez?, la verdad yo admito haberlo sentido pero solo una vez y es en recuerdo de esa vez y de esa persona que supo hacerme volar de esa manera que escribi esto hace un tiempo.


No pienso mencionar tu nombre porque aquel me ha marcado para siempre. Haciéndose parte de mi vida en dos amores iguales pero diferentes. Dos amores intensos, tan sencillos y puros que si de amar hablamos no habría forma de pensar, sentir, recordar y haber aprendido de la vida y sus vicisitudes sino los sintiera.

Tu nombre, aquel conjunto de 8 letras que define perfectamente a una mujer que no se deja domar por nadie, que quiere ser libre pero que en ese albur de libertad, que en ese montar desenfrenado se lleva a su paso a todo aquel iluso que se cruza en su camino. Una mujer que en una mezcla perfecta de ternura, valentía e inocencia consigue driblear cualquier problema, tumbar cualquier enemigo y encantar a cualquier bestia. Una mujer que con su caminar señoril y sonrisa sincera enamora hasta al viento que rosa sus mejillas y el agua que lava sus cabellos.

Una mujer que una tarde de Mayo me trajeron el viento y el azahar como gran regalo, como gran recompensa por haberme quitado el sol producto del nacimiento de otro otoño. Esa mujer me dio una luz diferente que ya no alumbraba los días sino mi alma, que no alimentaba las plantas ni animales sino mis ganas, que no solo propiciaba alegría ni vida sino Amor.

Esa mujer supo transformar aquel crudo invierno del 2008 pues no sentí frio ni un solo día, sino todo lo contrario. Pero así como la estación ella decidió alejarse al terminar Septiembre y con su Adiós llego la Primavera sin embargo aquella no pudo llenar de vida ningún rincón de mi alma, la muerte llego con su ausencia y aun vivo esperando ver nacer la primera hoja.

Han pasado un par de años desde aquellos días pero para mí ideal no ha pasado ni un solo día pues mantiene vivos y convenientemente hidratados aquellos recuerdos de momentos dignos de ser inmortalizados bajo el poder mágico de la tinta sobre el papel. Momentos que me volverían a dejar sin aliento así los volviera a vivir mil veces y que a la vez me llenarían de aliento pero del aliento de vida, de las ganas de vivir, de soñar, de realizarme y de realizar a los demás y en los demás realizar mis sueños e ideales.

Es y será innegable que te extraño y te extrañare por lo que me quede de vida así sea instantánea o inacabable esta ausencia no hay persona, razón o proyecto que me haga sentir más incompleto que esta implacable tortura a la que decidiste someterme como castigo por haberme comportado como no quisiste que lo hiciera. Lamento no haber sido lo que tu deseaste que fuese pero a su vez y con una intensidad mil veces multiplicada lamento que tu si hayas sido todo con lo que yo soñé, alucine y divague en una inmensidad de viajes hacia la eternidad en cielos y mundos plagados con tu olor, tu imagen y tu mirada.

Ojala que los planes que ahora tienes a expensas de mi se cumplan en su totalidad y que llegues a alcanzar esa felicidad que a lamentos digo que en mi o conmigo nunca pudiste encontrar. Espero que tus sueños no tengan límites porque con el ejemplo de mis sentimientos intente enseñarte que el único límite cuando uno en verdad quiere es la infinidad.

Espero de manera sincera poder enamorarme alguna otra vez como lo hice de ti, sin prejuicios, sin miedos, sin límites, sin escalas, sin medios, sin tiempo, sin expectativas, sin planes. Ese amor no tuvo nada que se le opusiera, no encontró resistencia ni dictado en la mente. Más por el contrario tuvo todo a su favor y tuvo todo tu favor lo que lo hizo más resistente y más alegre. Y es que acaso puede haber algo más bello que un amor alegre? Porque existen los amores melancólicos, los amores tristes, los amores imposibles, los amores-odio, los amores dependientes, pero tú me diste un amor alegre, un amor que vivió sin ataduras y con convicción se abrió paso en tu vida y en tu alma.

No espero que me recuerdes con Amor sin embargo espero que a mi Amor recuerdes y lo pongas de ejemplo como aquel que supo alegrar y cuidar esa alma desprotegida e inocente, esa mirada picara y coqueta, ese corazón que no supo acomodarse y que despavorido salió huyendo del miedo que le producía la palabra eternidad y lo difícil de asimilar de la palabra compromiso.

Espero también que tu promesa siga cumpliendo su contenido y no hayas tirado al olvido o en algún bote de la basura los regalos que bien te supe entregar. Supongo que prometiste eso porque comprendías con absoluta claridad que todo era producto de ese sentimiento que te expresaba sin descanso ni tregua alguna. Y espero eso porque me parece más que justo ya que yo todavía cumplo y con creces mi promesa de quererte y recordarte todos los días teniendo en cuenta minutos y segundos y las subpartes que los conforman.
 

Y ahora que vuelvo a pensar en eso que es el querer a alguien puedo decir con conciencia de lo que afirmo que daría mi vida por ti porque en nuestro afán de ser héroes buscamos sin descanso por la vida alguien por quien valga la pena darla y porque no hay acto más sublime y loable que dar la vida por un amigo y tu sabes perfectamente que antes de ser la mujer que ha logrado encantarme con una o dos palabras fuiste mi amiga de esas con las que charlas interminables eran cosa de todos los días, de esas que me pudo confesar lo inconfesable y me pudo confiar sus miedos teniendo presente que no me burlaría de sus secretos ni de sus traumas sino que la ayudaría a enfrentarlos y a no bajar la cabeza frente a ellos. Amiga de esas que ayuda a comprender las diferencias que el género nos ha impuesto y que por desgracias de la vida uno no nace entendiéndolas ni conociéndolas sino pues, todo sería más fácil.

Y es que has sido todo lo que pudiste ser para mí, pasaste por todos los estadios del Amor en mi mente y en mi comprensión. Ahora me toca afrontar este Amor Alegre pero solitario en el que todo termino atascado y que en tu alma supo morir.

Comprendo que aunque me puedas recordar con un mínimo de cariño jamás recurrirías a mí a menos que no te quede alguna otra opción pues temes que el hecho que me busques pueda alimentar desesperanzas e ilusiones falsas y que al final de todo termine haciéndome más daño. Por tanto, has de saber que mi último deseo es que algún día necesites de mi ayuda desesperadamente porque el día que eso suceda significara que te has quedado sola y completamente desprotegida sin una mano que te ofrezca si quiera el levantarte del piso, y pues después de leer todo esto será entendible que el dolor o el sufrimiento es lo último que espero para ti.

Termino deseando que en los caminos sinuosos de la vida, termines aprendiendo todo lo que finalmente no pude enseñarte ni con mis palabras ni con mi ejemplo. Y si de esos caminos alguno me obsequia la dicha y la suerte de poder volver a encontrarte, he de asegurarte que me encontraras como en aquel invierno cálido del 2008, alegremente enamorado".....



No espero que esta persona lo lea porque pues por otro lado el orgullo no me permite hacerle notar que ha sido la unica y que de alguna manera todavia tiene poder sobre mi. Ademas, darle a la mujer poder sobre uno es el peor error que uno puede cometer, es como darle una pistola a un niño pero eso es tema aparte del que hablare otro dia. Saludos y excelentes vibras.....