Gordita,
1825 es un número
que se dice muy fácil. Excepto cuando te pones a pensar que son la cantidad de días
que llevas compartiendo con alguien tu vida, tu existencia, la compañía. 1825 días
son los que hoy cumplimos juntos. Han sido 1825 oportunidades y posibilidades, han
sido 1825 oportunidades de que todo salga mal, de decidir por algo diferente, de
levantarse mirar a un lado y decidir que no queremos seguir en este camino. Y lo
bueno es que han sido 1825 afirmaciones consecutivas para explicarnos el porqué
estamos hoy aquí. Estamos aquí porque en esa cantidad de oportunidades no hemos
encontrado razones para fallar, porque no hemos sentido que el fracaso nos vaya
a tumbar, porque hemos confiado una y otra vez ciegamente en el otro, en sus intenciones,
en sus pasos, en sus decisiones. Porque conociéndonos nos hemos ido enamorando más
de todo, de lo bueno, lo malo y lo feo. De lo natural y de lo humano que somos
y tenemos.
En estos 1825 días
hemos encontrado en la rutina la belleza de la repetición, la comodidad de la predictibilidad.
Hemos encontrado la paz en el bucle. Hemos compartido tantas cosas en el silencio
y en el caos, en la certeza y el desconcierto. Hemos sabido batallar con los demonios,
los tuyos, los míos, los nuestros. Nos hemos ayudado a cargar nuestras mochilas,
esas que trajimos del viaje y que pesaban tanto que nos atrasaron, pero nos dejaron
en el punto exacto del camino para encontrarnos. Hemos llorado, reído, y carcajeado.
Hemos librado batallas que nos han dejado exhaustos. Hemos ganado y hemos perdido
en nuestras batallas con los de afuera y con los de adentro. Hemos entendido que
estar juntos es ceder todo el tiempo y encontrar en la satisfacción del otro, la
satisfacción propia. Que estar juntos es renunciar todo el tiempo a los egos, es
creer que el “nosotros” es más importante
que el “yo”.
En 1825 días, y tal
vez en menos, nos convencimos que el camino está en la dirección en la que el
otro dirija sus pasos, que el hogar está donde el otro este, y que los viajes son
la excusa perfecta para perdernos juntos. Aprendimos que el amor puede pensar en
la permanencia, en la perpetuidad cuando hay algo que se llama decisión. Que la
decisión de estar juntos la tomamos hace 1825 días, pero la de perdurar la tomamos
en el día a día. La tomamos cada vez que preferimos reírnos de nosotros, de lo que
nos sucede. La tomamos cada vez que nos tomamos de la mano, porque en ese simbolismo
no nos estamos soltando, nunca.
1825 se dice muy fácil,
1825 días se siente mucho tiempo, pero ojalá que estos 1825 días se vean como nada
cuando nos toque mirar hacia atrás, muchos años por delante. Estoy más que feliz
y satisfecho por la decisión que tome de darte esa cadenita el 26/04/2016 y mientras
veía como tus ojos se abrían del susto, preguntarte si querías ser mi enamorada.
Se que fue la mejor decisión de mi vida, con sus altos y bajos, fue lo mejor que
pude hacer hace ya 5 años, 5 largos y maravillosos años. Gracias por no soltar mi
mano nunca y por siempre ser la mejor amiga que necesito y quiero toda mi vida.
Te amo! Feliz 26!!!! Felices 5 años!!!!! Feliz quinquenio!!! Te amo!!!
Siempre tuyo
Edu