Hay cosas en la vida que son muy difíciles de entender. Hay
cosas que a pesar de que se entiendan pueden llegar a ser muy inciertas. Hay
cosas que son inciertas y que aun siéndolo tanto nos regalan certezas tan
grandes que vuelven todo lo demás incierto. Hay momentos que valen todo lo que
pasaste para vivirlos y hay vidas que todavía siguen esperando a esos momentos.
No puedo sinceramente describir hoy con palabras que eres tú
para mí pero eres un poco de todo lo he escrito arriba. Eres un poco difícil de
entender, eres un poco incierta cuando te entiendo y aun siendo así de incierta
sabes cómo poner mi mundo de cabeza, sabes cómo mirarme cuando quieres algo,
sabes calmarme cuando estoy colérico, sabes cómo abrazarme cuando me haces
falta, sabes acompañarme en silencio, sabes cómo guardar mis secretos, sabes calmar
mis miedos, sabes ser lo que necesito y sabes necesitar lo que te ofrezco.
Eres eso que hace 60 días definitivamente no buscaba pero
que tal vez y sin saberlo necesitaba. Y yo espero ser para ti eso que buscas y
necesitas. Espero sanar esas heridas que sin saberlo te hicieron y espero poco a
poco ayudarte a recobrar la fe, la fe en los sueños, la fe en el otro. La
certeza y razón de que cualquiera puede ver lo que veo hoy en ti, de que eres
valorable por el simple hecho de ser tu y de que no hay persona más maravillosa
que tu. Porque si llegará el día en que no te quieras tanto, en que no creas
tanto ti, en que subestimes quien eres, estaré yo siempre firme recordándote que
para mí, que en mi mundo no existe nadie mejor que tu. Estaré yo creyendo hasta
el último momento en tus sueños, en tus logros, en ti.
Esto es muy cortó
solo para agradecerte una vez más que te hayas cruzado en mi camino y que hayas
dejado que yo me cruce en el tuyo. Te lo dije desde el principio y lo repito
hoy. Soy muy afortunado de tenerte en mi vida, encontrarte ha sido una genial
coincidencia pero descubrirte, ese ha sido un regalo inmerecido.